Los estilos de Skoda no se caracterizan precisamente por ser emocionantes. Sin embargo, su fuerte se concentra en crear modelos espaciosos, con ‘características inteligentes’.
Cabe resaltar los aprendices de Skoda llevaron al hatchback cinco puertas Scala a otro nivel. El resultado final es visiblemente más interesante, pues crearon un deportivo de solo dos asientos, sin techo e inspirado en uno de los modelos más interesantes de la compañía: el deportivo 1100 OHC de 1957 –previo a la era VW–.
El Slavia heredó los rines de 20 pulgadas del Kodiaq RS y, como buen Speedster, lleva dos jorobas en forma de cuña detrás de los asientos, extendidas hasta la parte de atrás, donde los diseñadores instalaron un spoiler negro brillante.
Es de precisar que esta modificación redujo el peso a solo 1.210 kilos. Además, el Slavia presenta modificaciones en los bómperes adelante y atrás, así como una iluminación led decorativa debajo de los umbrales laterales, tomada del Scala Monte Carlo. Completan los cambios un sistema de sonido de 320 vatios con subwoofer de 2.250 vatios y un par de asientos deportivos con arnés de cuatro puntos.
Igualmente, el Slavia usa un motor de gasolina 1.5 litros turbo, que envía 150 caballos de potencia a las ruedas delanteras a través de una transmisión DSG de siete velocidades. El único cambio mecánico es un sistema de escape modificado, sin que Skoda confirme si esto modifica el rendimiento.
El Slavia, al igual que los otros seis autos creados por los aprendices del programa Azubi de Skoda, seguirá siendo único. Además es un modelo ‘conmemorativo’ no oficial por los 125 años de vida de Skoda y su nombre proviene de una de las primeras bicicletas creadas por los fundadores de la compañía, Václav Laurin y Václav Klement.