La jornada de protesta convocada para el 21 de noviembre por parte de las diferentes organizaciones sindicales, movimientos estudiantiles, sociales y políticos del país, tiene polarizado hasta el momento a los colombianos. Muchos desprevenidos ciudadanos desconocen las causas que tienen los organizadores de la manifestación para salir a las calles a protestar y los de la línea ‘duquista’ son del criterio que la realización del paro no tiene fundamento.
Los detractores de la protesta se han encargado de satanizarla con el terrorismo galopante que se ha puesto en práctica en los últimos días en América Latina, presuntamente orquestado por el chavismo y por quienes se encuentran adoctrinados por las políticas socialistas de Nicolás Maduro y Diosdado Cabello en Venezuela. En el otro extremo se encuentran los recalcitrantes de la extrema derecha que lidera Álvaro Uribe y quienes actúan en calidad de escuderos del presidente Iván Duque.
La protesta del 21 de noviembre organizada por la izquierda y rechazada por la derecha, no deja de ser un emparedado de emociones políticas, debido a que en ella se pueden filtrar las fuerzas oscuras que patrocinan el terrorismo y lealtad a la Patria. A la pluralidad de criterios que justifican y rechazan la realización de la protesta, también pululan las razones para que ella no se cumpla, cayendo en una verdadera guerra psicológica, en una guerra política y en una guerra de memes a través de las influyentes redes sociales que buscan ganarse los criterios de quienes no han madurado ideológicamente o quienes desprevenidamente le dan credibilidad a quien supuestamente tiene la razón.
Los líderes de la protesta justifican su llamado al paro nacional, rechazando el sistemático asesinato de líderes sociales, el bombardeo de las Fuerzas Militares a un campamento de las disidencias de las Farc en el que murieron varios menores de edad, así como la aprobación del paquete de reforma laboral que busca la reducción del salario para los jóvenes; la reforma pensional que eliminaría la pensión como derecho de los trabajadores; el descontrol del Estado sobre los dineros de las empresas estatales y la privatización de varias empresas rentables del Estado.
Los defensores del presidente Duque son del criterio que los argumentos que originan la protesta son una inútil discusión que carece de justificadas razones para su realización y controvierten el espíritu de sus organizadores argumentando que lo que se prepara es una jornada de violencia, ya que el paquetazo económico ‘duquista’ “no existe”
No podemos quitarles a los organizadores el derecho a la protesta, pero en ella se deben controlar los posibles brotes de violencia que protagonizan los violentos que se filtran en este tipo de manifestaciones.