Todo principio tiene su fin. Pasamos de gotas a chorros y viceversa. Los políticos llegaron a donde iban, se estancaron, beneficiándose de manera personal y familiar, aprovechándose de los derechos políticos hasta privatizarlo en pocas manos, desdibujando los términos de participación democrática, que no son selectos ni mucho menos indiscriminados en el panorama popular.
La falta de innovación política atrofia la transformación y los cambios extremos que se requieren para restablecer confianza perdida y credibilidad, fundamentada en solución de necesidades con el concurso de participaciones masivas de personas voluntarias para el desarrollo de planes, proyectos y programas de beneficios y utilidad común, en favor de los que habitan las localidades y comunidades para que contribuyan en el progreso generalizados. No podemos seguir rezagados a la espera de milagros de quienes los desatiende y tratan al pueblo con indiferencia, como se puede apreciar con el abandono que constituye una realidad de ciertas. Cierran las comunicaciones alejándose de los seguidores que observan impávido la dejadez de quienes albergan una esperanza. Se pierden y vuelven a verse cuando se anuncia una nueva feria politiquera electoral, para negociar a vales en uso a la licencia de que dispone Personería Jurídica, con los que se sostienen comprando curules en operaciones monopolísticas de utilidad personal.
Girar y direccionarse al Centro es la alternativa apropiada para terminar con el conflicto armado interno que mantienen desde antaño entre las extremas izquierda y derecha, que han gobernado la nación durante los seis últimos periodos. Las tendencias de derecha está representada por los partidos Centro Democrático, Conservador, Cambio Radical, La U, Mira y Colombia Justa y Libre. El Partido Liberal es de ideología centrista, con tendencias moderadas a la izquierda y derecha. En centro izquierda se ubica el Partido Verde y los Decentes y en la izquierda, el Polo Democrático, Colombia Humana y las Farc, pero sin que en ninguna de las tendencias se observen perspectivas de soluciones a la corrupción, conflictos armados, desórdenes públicos, vandalismo y la carencia de empleo.
Necesitamos desahogarnos, nutrirnos y respirar. Si continuamos el jueguito de exponerse como objeto comercial en cada elección popular, buscando compradores, amangualando los daños y favoreciendo a los corruptos que nos engañan, manipulan y humillan persiguiendo a los contradictores, con las fuerzas y cuerpos armados en que se amparan, seguiremos de mal en peor.
De nada ha servido el incremento y proliferación de partidos políticos facilitados por la Constitución del 91. Los resultados en las competencias electorales no dejan bien parado a los partidos tradicionales, liberales y conservador y descendientes, que van en decadencia. Los partidos indígenas ASI, Aico y Mais, se sobraron en muchas localidades, superando a los partidos elitistas, de derechistas y la izquierda.
Los jóvenes han sido partícipes de los eventos políticos electorales y no quieren quedarse retrasados cuando deben asumir las acciones de cambios para renovar un futuro alentador y próspero, con el apoyo de los mayores de edad aportando experiencia y orientación para que los jóvenes emprendan nuevas rutas, descontaminando el ambiente e iniciando las pruebas pilotos de nuevos esquemas políticos incluyentes, permanentes y formales que sirvan para ganar y consolidar la credibilidad, liberándose de los extremos y sectarismos radicales ideológicos, políticos y religiosos que no conllevan más que al odio, rencor, revanchismo, tiranías y dictaduras que resultan contraproducente con la libertad general de las personas, en democracia supeditados a condiciones y restricciones represivas.
Los jóvenes direccionados al centro gozan de mejores aureolas alternativas. De nada sirve observar las constantes contradicciones y disputas entre izquierda y derecha cuando ambas deben hacerse a un lado. Para destronarlo hay que apartarse de esas tendencias tóxicas, nocivas y funestas que solo sirven para arrojarlo con las fuerzas masivas de la voluntad popular en la hoguera del infierno, para que se calcinen los extremos odiosos y bélicos que predominan no solo en Colombia si no en el mundo, para poner fin a las guerras y disputas de conflictos bélicos. Ambas tendencias, se necesitan para el protagonismo de hechos sangrientos, aniquilando vidas humanas
El sistema electoral no solo requiere de una reforma legal si no también constitucional, para limpiar y reponer lo obsoleto, conceder autonomía a los municipios y departamentos en ara de la descentralización, para las conformaciones de organizaciones políticas con personería jurídica, similar a la nacional limitada y delimitar las participaciones de los grupos significativos de ciudadanos.