Colombia es un país democrático con una Constitución e instituciones políticas y jurídicas sólidas, hay división del poder político y tenemos una tradición pacífica en la transición del gobierno. El presidente elegido tendrá que gobernar con la Constitución vigente que jurará cumplir y defender, si no lo hace el pueblo puede demandarlo y el Congreso someterlo a un juicio político.
Siendo un novel estudiante de derecho, leí por primera vez ‘Qué es una constitución’ de Ferdinand Lasalle, texto de estudio obligado para mi formación como abogado y la cabal comprensión del poder político. La obra fue escrita en el contexto histórico y político de las Monarquías, pero sus fundamentos continúan vigentes y aplica para las democracias. Desde entonces sé que “los factores reales de poder” son las fuerzas o instituciones que aparecen en los diferentes ámbitos de la vida del hombre y que terminan por ser los motores que definen las relaciones en cada sociedad.
Una Constitución es un cuerpo normativo superior que organiza jurídica y políticamente al Estado. La Constitución viene a ser la suma de los factores reales de poder que rigen en un Estado (un pacto), que establece cómo se constituye el poder y los poderes derivados que regirán una sociedad, define sus respectivos controles y equilibrio y, los derechos y deberes ciudadanos.
En democracia el concepto de “statu quo” se refiere a conservar las relaciones de poder que rigen en una sociedad, las económicas, políticas, institucionales, culturales, etc., vigentes según el orden jurídico-político establecido, por ejemplo, el Estado Social de Derecho que nos rige, organizado como República unitaria y democrática, conforme a nuestra Constitución Política, y que sea quien sea el presidente debe respetarlo.
La Constitución además de regular las relaciones de poder entre gobernante y gobernados, es una superestructura económica que reconoce intereses de sectores sociales que aunque no gobiernan directamente ejercen presión e influyen en la toma de decisiones políticas que los favorecen. Estos sectores – “factores reales de poder” – coexisten con el poder del Estado y soportan el “statu quo” manteniendo relaciones armónicas con el poder político.
En un sistema democrático los “factores reales de poder” lo constituyen las instituciones públicas, grupos económicos, empresarios, el sector financiero, las multinacionales, la banca, la prensa, la iglesia, el poder militar, entre otros sectores, cada uno con sus intereses y derechos garantizados en la Constitución. El presidente de la República no puede desconocer ese poder social, político y económico que representan en la sociedad.
La propiedad privada es una institución jurídica de la economía de mercado, es fuente de riqueza, tributa al fisco, genera empleo y determina las relaciones de poder económicas. El Estado puede regular la economía pero tiene la obligación constitucional de respetar y garantizar la propiedad privada como institución de la democracia.
El modelo socialista ha fracasado en todo el mundo pero la izquierda quiere imponerlo como sistema político. Su líder ha prometido que si gana modificará la Constitución, primer paso para cambiar las instituciones. Cambiando la Constitución y las instituciones logra tener el control para cooptar los demás poderes sin ningún contrapeso de otro poder. En el socialismo el ejecutivo se convierte en un “dictador democrático” que nombra jueces, usurpa funciones del legislativo, expropia la propiedad, interviene y controla la economía y la producción de bienes y servicios, persigue y encarcela opositores, proscribe partidos de oposición, viola los derechos humanos. Los inversionistas cierran sus empresas, los capitales se fugan al exterior, el aparato productivo se paraliza, la economía colapsa, aumenta el desempleo y la pobreza, disminuye la calidad de vida del pueblo, hay hambre, migración de la gente y el régimen elimina físicamente a todo contradictor u opositor que lo enfrente.
Un cambio de modelo político cambia las relaciones de poder, por eso cuando un presidente trata de cambiar el rumbo político de una Nación, cambiando el sistema democrático por uno socialista, se rompen las relaciones de poder y los “factores reales del poder” entran en juego para defender el modelo democrático y las instituciones establecidas en la Constitución, esto produce tensión con el poder y en ese conflicto el rol de la Fuerza Pública, por mandato Constitucional y responsabilidad institucional, es el de defender las instituciones públicas para mantener vigente la democracia, el Estado Social de Derecho, la propiedad y la libertad en Colombia.