Atónitos se encuentran aún los residentes del corregimiento de Camarones por el hallazgo de un cuerpo incinerado en cercanías al río de la población. Se trata de los restos de un hombre de la etnia wayuú identificado como Lucho Antonio Epiayu Jusayu.
“No sabemos que le pudo haber ocurrido a esta persona. En Camarones hay preocupación y alerta por este hecho criminal. Pedimos a las autoridades incrementar los controles en las entradas y salidas del corregimiento”, dijo un residente del corregimiento.
Cabe indicar que la semana anterior, en una mesa de trabajo, los residentes de Camarones le pidieron al alcalde José Ramiro Bermúdez Cotes que incrementara los controles en la población.
“Hay presencia de personas sospechosas en el sector. Además el hurto de motocicletas en la vía que comunica de Riohacha a Camarones ha aumentado de manera notoria”, sostuvo un residente, quien pidió reserva de su identidad.
Por su parte, la Policía Nacional de La Guajira informó que sobre el hallazgo del cuerpo incinerado no se pudo adelantar la investigación pues sus familiares, acogiéndose a sus usos y costumbres, se llevaron el cuerpo para poderlo sepultar.
“Sus familiares aplicaron usos y costumbre, la información que tenemos es que cuando llegamos al lugar de los hechos, pero su familia en usos de costumbres no permite seguir adelantando la investigación penal. No tenemos el resultado de Medicina Legal de necropsia para realizar la investigación”, dijo el coronel Wharlinton Gualdron, comandante de la Policía Nacional de La Guajira.
Cabe indicar que el cuerpo de la persona muerta fue trasladado hasta una comunidad wayuú en el municipio de Uribia para sus actos fúnebres.
Se informó además que una comisión del CTI de la Fiscalía trataba de establecer los móviles de este macabro hallazgo en el sector rural de Camarones. “Se está en la etapa de investigación para determinar lo ocurrido, será un poco difícil pues el cuerpo se lo llevaron los familiares, pero seguimos con las pesquisas”, reveló una fuente investigativa.
De igual manera se estableció que los familiares de la víctima lograron reconocerlo por sus vestimentas, las cuales no alcanzaron a ser consumidas por las llamas. De igual manera otras partes del cuerpo que quedaron intactas tras el contacto con el fuego.