Hace nueve años al entrenador Wilson Castro se le encomendó conformar y dirigir un equipo de atletismo para representar al colegio María Cano en unos juegos intercolegiados. Para lograr una buena participación, le pidió a colegas y conocidos del medio recomendarle a niños que ya tuvieran recorrido en el deporte, con capacidades probadas para competir.
En ese trabajo le presentaron a Anthony Zambrano, un muchacho guajiro que desde más pequeño vivía con su mamá en Barranquilla y al que le vieron aptitudes para el atletismo en sus clases de educación física.
“A Anthony me lo presentan, lo vieron en la clase de educación física, que era rápido y como vulgarmente se dice, piloso. Entonces yo le hice la entrevista que le hacía a todos los muchachos. Le pregunté a qué se dedicaba él, si estaba en algún equipo de fútbol, y me dice: -no profe, yo manejo bicicoche y juego fútbol en el colegio-, no era un fútbol organizado de comité. De todas maneras como me dice que maneja bicicoche yo lo acepté”, dijo a periodistas de Sistema Cardenal.
Luego de admitirlo en su grupo, Castro comenzó a preparar a Anthony. Le enseñó las bases del atletismo; la técnica para correr, y lo puso a correr en el colegio para probar su resistencia física, la cuál era sobresaliente tras diez minutos de ejercicio, parecía que no hubiese corrido.
“Yo me los llevé a todos ellos una vez al Romelio Martínez, pero resulta que Anthony fue el que llegó primero, un niño en esa época muy disciplinado, pa donde yo le decía allá estaba. Mientras llegaban los otros niños yo hice un pequeño test en los 300 metros, esa era una prueba bastante fuerte. Después yo le miraba la respiración, normal, no se me ahogaba ni nada”, contó Castro.
Después de eso, el entrenador confirmó que Anthony tenía el potencial para ser un buen atleta, y decidió inscribirlo en pruebas de 80, 150 y 300 metros planos en Juegos Intercolegiados y también una prueba de relevos.
El día que Anthony debutó competitivamente en atletismo, se dirigió a la Universidad del Atlántico, sitio de sus primeras pruebas oficiales y por sus limitaciones económicas tuvo que correr en medias. Sin embargo eso no fue un impedimento para una gran presentación ante otros muchachos con mayor recorrido en la disciplina.
“Él corrió en medias porque en medio de su pobreza no tenía zapatos adecuados, mientras que otros niños sí. Le dije que no se desafore al correr para que no se ahogara, yo cometí ese error y él sigue corriendo así. Ya cuando salió la prueba a los 100 metros él empieza a pasarlos. Yo me admiré porque habían niños que tenían un bagaje de años de entrenamiento ¡Anthony lo que tenía eran días! Y se los ganó a todos. Ya cuando él se gana esa prueba, que es una prueba fuerte, ya yo lo solté, le dije –haz la tuya- y ganó los 80, los 150 metros y después me ayudó a ganar los relevos, porque yo lo ponía a rematar”, contó el entrenador Castro.
Después de su exitoso debut en el atletismo y tras cuatro meses de trabajo, Wilson Castro le recomendó a Anthony dirigirse al Estadio Metropolitano, para que entrenara con la Liga de Atletismo del Atlántico. Si bien el muchacho no tenía dinero para pagar entrenamientos de primer nivel, pudo seguir trabajando bajo la tutela de otros preparadores y desde ese momento pudo comenzar a sobresalir en las diferentes competencias en las que participó hasta el día de hoy. Actualmente Anthony Zambrano es subcampeón del mundo en la modalidad de 400 metros planos, y ahora también subcampeón olímpico de la misma prueba.
Finalmente, el entrenador Wilson Castro, que actualmente trabaja en un gimnasio de la ciudad de Barranquilla, reveló que durante el proceso de formación de Anthony Zambrano, también tuvo la oportunidad de entrenar a otros jóvenes que eran tan buenos o incluso mejores que el propio guajiro, pero que dejaron el deporte por falta de apoyo.
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