El Parlamento de Francia aprobó una ley que extiende el uso del pasaporte sanitario como herramienta contra la expansión del Covid-19. La nueva norma hace que dicho documento sea obligatorio para ciertos oficios, como los servicios de salud, y obliga a los ciudadanos a tenerlo para entrar a sitios públicos como bares, restaurantes, cines, trenes y aviones.
Además las autoridades francesas no descartan que un trabajador sea despedido por negarse a vacunarse.
“No hay que dar a entender a los trabajadores que no puede producirse un despido”, dijo la ministra de Trabajo de Francia, Elisabeth Borne.
La funcionaria buscaba que el Parlamento aprobara explícitamente la potestad de que una empresa pueda despedir a un empleado por no vacunarse, aunque los legisladores negaron gran parte de las sanciones planteadas contra esas personas.
“Deseábamos que la ley fijara de qué modo podría recurrirse al despido, afirmando sobre todo que ese despido no podría producirse antes de dos meses y que iría acompañado de las indemnizaciones para el empleado; el Senado eliminó esa disposición”, agregó la ministra Borne.
Sin embargo, los especialistas en derecho laboral ven poco probable que muchos ciudadanos sean despedidos en masa de sus empleos, por no vacunarse, dado que las normas de trabajo en Francia especifican en qué caso los problemas médicos pueden generar problemas que ocasiones daños a los procesos de las empresas.