“… El sol tarde o temprano alumbra y en la historia no hay duda que Las cometas jamás han volado a favor del viento, tranquilo cacique sino en contra de él, y no es profecía, pero harán la historia”
Mientras intervenía durante el acto de mi posesión como Miembro de Numero de la Academia de Historia de La Guajira con mi exposición respecto de las canciones vallenatas como referentes para la visibilizarían de acontecimientos históricos, vino a mi mente el aparte que antecede de la canción titulada ‘Harán Historia’ de la autoría de Roberto Calderón Cujia que fue incluida en el CD ‘Experiencias Vividas’ de Diomedes y Franco del año 1999.
Justo es destacar que la designación que se me hizo para ostentar tan honrosa dignidad, es un reconocimiento a la música vallenata como instrumento eficaz para la formación en valores y la reivindicación de las letras de sus canciones como medio para visibilizar de aquellos acontecimientos históricos que de otro modo permanecerían ocultos ante los ojos de las nuevas generaciones, me refiero a los muchachos que están creciendo que como se sabe, son prolongación de nuestras existencias, o mejor, son sublime palpitación de nuestra propia vida.
El historiador y el cantor con lo que escriben y cantan, dan sentido, nutren con su filosofía y la información a la experiencia en el alma colectiva, y los cantos de los compositores, transparentes como el agua, colocan su inteligencia natural y el ingenio melódico espiritual para dar gracia al conocimiento de la historia, como prueba inequívoca de la prevalencia de la sabiduría humana sobre los apocalípticos augurios de los agoreros de lo malo que durante las noches destejen lo que la gente pensadora teje durante el día.
Viene así a mi mente ‘El Almirante Padilla’, la canción que gracias a su autor Rafael Escalona visibilizó el primer operativo naval anticontrabando del cual se tenga conocimiento en Colombia, que casualidad, esa rifa, ese privilegio, el globo de ensayo en 1952 se lo ganó precisamente la tierra donde nació José Prudencio el Almirante, y para que la lección no se olvidara, o tal vez para hacer mas doloroso lo que sucedió en Puerto López, el buque escogido para traer la ruina a los comerciante que recibían sus mercancías en el puerto natural, coincidencialmente fue una fragata bautizada en 1952 como “ARC Almirante Padilla” , con toda razón el Maestro Escalona prometió al patrono de los villanueveros arruinados por el operativo una gran fiesta, e invoco la venganza divina cuando dijo en la canción lo siguiente:
“Barco pirata bandido, que Santo Tomas lo vea, prometo hacerle una fiesta cuando un submarino lo voltee en Corea”
Con ese episodio, donde se usó el nombre de nuestro máximo Héroe para maltratar a sus coterráneos, para nada sorprende que ante el silencio de su pueblo, que el puerto mas importante de La Guajira lleve el nombre de quien prevaricando el Derecho Constitucional, con violación de su Derecho al debido proceso, por celos y envidia lo mando a fusilar.
Igual, es justo afirmar que con su canción titulada “Riohacha” que en 1971 grabo Ismael Rudas con su Acordeóny su voz, Lenin Bueno hizo un homenaje de desagravio a Riohacha por la maldición del Padre Espejo Daza, pero al descender en el cuento, nos encontramos que la maldición nunca existió, que lo que hay detrás del asunto es el primer fraude electoral que se conoció en la historia constitucional colombiano, cuando con un chocorazo en La Guajira fue elegido presidente quien perdió las elecciones, el General Rafael Reyes.
También, en este momento, cuando el dolor se ha ensañado con tantas familias, y permanecen incólumes en nuestra mente nuestros familiares que victimas del Covid-19 han conocido ya el misterio insondable de la luz que todo lo alcanza y penetra, recordamos que queda como registro testimonial la puya de Francisco El Hombre que da cuenta de la presencia de la parca en los pueblos del Sur de Riohacha con la pandemia de “Gripe Española” entre 1918 y 1920 cuando dice asi :
“Dice Rodolfo Zambrano, miren que peste tan brava
No hay medico que la cure, ni medicina pa atajala Lo dice Francisco el hombre, la cuenta la llevo yo De Cotoprix a Machobayo, murieron setenta y dos”
Hay muchos más botones para mostrar, pero no tengo espacio, pero está claro que es un imperativo existencial, conocer nuestro pasado para que sea posible cambiar el futuro; ¡es ineludible visibilizar el pasado y entender el presente para que sea posible construir el futuro!