Las visitas de la vicepresidenta de la República, Martha Lucía Ramírez, a La Guajira, están siempre revestidas de su reconocimiento al trabajo que realizan las mujeres en diversos sectores, especialmente a quienes viven en unas condiciones de vulnerabilidad.
Una de las apuestas de la vicepresidenta es lograr asociar a las artesanas alrededor de una cooperativa, inicialmente para formalizar la actividad, lo que les permitiría poder acceder a los diversos programas que el gobierno impulsa para generar empleo.
Para ello, se ha puesto a órdenes de las artesanas a una reconocida diseñadora internacional y una empresaria, para que las asesore y les brinden información que les pueda ser útil para el emprendimiento.
El llamado es entonces a las artesanas para que realmente dimensionen la propuesta de la vicepresidenta y logren internamente ponerse de acuerdo, en donde el interés colectivo prime porque allí está la posibilidad de mejorar en la actividad que realizan.
Es necesario que analicen de manera detenida y lejos de pasiones lo que representa asociarse, qué beneficios lograrán y qué dificultades deben sortear para alcanzar el objetivo propuesto.
Las decisiones requieren ser analizadas para en el futuro no buscar culpables si los objetivos que se han trazado no se logran.
Se esperaría, entonces, que las artesanas consigan ponerse de acuerdo para que puedan aprovechar esta coyuntura que representa tener el apoyo de la vicepresidenta Martha Lucía Ramírez, para asociarse y se conviertan en un ejemplo de cómo pueden elevar calidad de vida a través de lo que representa un oficio diario como es el tejido, vendiendo sus artesanías a un precio justo, mostrando en ellas su colorido y su calidad en ese producto final que ofrecen.
Hay mucho por trabajar para que la iniciativa se concrete, que dependerá en un alto grado del interés que muestren las artesanas para asociarse para que se les garantice el mercado nacional e internacional que tanto han soñado, para no seguir regalando su trabajo.