La decisión del Consejo Superior fue analizada, y si bien perjudica de alguna manera a los estudiantes, corresponden a una situación que tocó fondo y que debe servir para buscar una solución definitiva.
También refleja la otra gran verdad de la administración departamental, que a pesar de sus esfuerzos y el deseo de un mandatario por quedar bien con los estudiantes, no cuenta con recursos propios y suficientes para cumplir con el giro de los aportes a tiempo.
Además de la otra gran verdad, y es la falta de los recursos de regalías que se manejaban de manera directa, y que pasaron al Gobierno nacional, dejando a los departamentos sin esos dineros para poder invertir en temas sociales como la gratuidad de la educación, que es el caso de La Guajira.
La deuda del Gobierno departamental con la universidad pasa los 70 mil millones de pesos, razón por la cual es urgente que el tema sea analizado directamente por el Ministerio de Educación, Hacienda y Planeación, en busca de una fórmula concertada que permita el respiro económico a la administración departamental para que pueda cumplir con los aportes a Uniguajira.
Es urgente esa salida en un corto plazo, para evitar que los estudiantes pierdan este primer semestre académico, porque a ellos se les debe garantizar el acceso a la educación, un derecho por el que debe responder el Gobierno nacional.
Si bien se reconoce, que esta es una situación que tocó fondo, y no debió llegar a ese estado, no es menos cierto que se deben buscar todas las alternativas posibles para que los estudiantes regresen cuanto antes al aula de clases.
La palabra la tiene el Gobierno del presidente Iván Duque, quien debe demostrar con hechos su interés por ayudar al departamento a salir de la crisis social que la embarga, y esta es su oportunidad.