De ser así, razón tenía el empresario Cristian Daes cuando sorprendió a los barranquilleros diciendo que la ciudad que lo adoptó es la ‘ventana al mundo’, y fue así como en el sector industrial y empresarial de Barranquilla quedó hincada en la rotonda de la avenida Circunvalar, un monumento de 47 metros que le abre la ventana al forastero, esa persona que llegó a la ciudad sin norte, sin ningún distingo de raza y credo, y al poco tiempo toma la adopción natural, siembra la semilla de la empresa germinando el progreso, nace y crece su propia familia, hasta tomar la nacionalidad de ‘quillero’.
Barranquilla a lo largo de los años ha logrado crear su propia jerga, una variedad lingüística que se ha producido con la llegada de personas de diferentes lugares del mundo y de las diferentes regiones del país. Los trotamundos extranjeros y nacionales llegan a esta ciudad con su propio vocabulario y lenguaje que al expresarlo en el momento, poco se le entiende lo que dice, pero el ‘barranquillero que baila arrebatao’ al escucharlo le aplica la mamadera de gallo y enseguida adopta y difunde como suyo esas expresiones sonoras, aunque su significado al final sea otro, siempre lo incluye en el barranquillerismo ‘bacano’.
Desde Barranquilla han salido una serie de expresiones que los muchos costeños y el país han insertado en su vocabulario criollo, pero que la Real Academia Española no ha reconocido, y lo que ha logrado adoptar, su significado ha quedado tergiversado. Barranquilla ha tenido varios apelativos entre ellos ‘La Arenosa’, ‘Puerta de Oro de Colombia’, ‘La ciudad de la bacanería’, ‘La ventana al mundo’ y muchas más que han nacido en el imaginario de quien se siente a gusto haber nacido o llegado a esta urbe, pero al final Barranquilla es la ciudad adoptiva de muchos.
El 7 de abril como todos los años, Barranquilla celebra un año más de haberse elevado a la categoría de Villa, y hasta en estas efemérides, la capital del Atlántico es diferente en su celebración a otra ciudad del mundo, debido a que Barranquilla no celebra una fundación como lo hacen la mayoría de las urbes. Ayer la ciudad celebró los 206 años de haber sido erigida en Villa, en la que hubo conciertos sinfónicos que se mezclaron en el malecón con las brisas que abanica el río Magdalena, como testigo del progreso y la transformación que esta ciudad ha tenido.
Felicitaciones a Barranquilla en sus 206 años de haberse convertido en Villa.