Quedó demostrado que no se trataron de límites dudosos sino tradicionales, elementos que fueron acogidos por el Instituto Geográfico Agustín Codazzi, que reafirmó que a San Juan del Cesar le corresponden los caseríos de Veracruz, Potrerito y Carrizal, mientras que al corregimiento de Patillal, municipio de Valledupar, le anexaron y oficializaron los barrios El Perú, Baroblancal y el Campín, que anteriormente estaban en territorio de La Guajira y divididos por el arroyo La Malena.
En medio del jolgorio que genera saber que existió un fallo folclórico – territorial, devolviéndole el gentilicio de guajiro y de sanjuanero a Diomedes Díaz, al cual querían rotular como cesarense – patillalero, queda una gran responsabilidad para el gobernador y el alcalde de turno, quienes históricamente han olvidado la inversión social en los caseríos de Veracruz, Potrerito y Carrizal.
Sabemos que Wilson Rojas en calidad de gobernador encargado fue a esta zona con el fin de hacer presencia institucional en medio de una disputa y a demostrar sus afectos familiares, allí se comprometió que la Gobernación de La Guajira hará presencia gubernamental en un territorio al que no le llegaba la mano del Estado con obras y mucho menos con la inversión social, simplemente porque en medio de la disputa limítrofe, no sabían a qué departamento pertenecían, aunque históricamente estaban en la conciencia de sus habitantes que eran guajiros.
Con la aprobación en las Comisiones de Ordenamiento Territorial del Senado y Cámara, que decidieron acoger el informe del Igac con la propuesta de límite entre Cesar y La Guajira, se dirime un diferendo limítrofe de hacen 8 años y queda despejada toda clase de duda que se manejaban de manera extraoficial.
Recordemos las dos hipótesis que se manejó en su momento frente a la reclamación de Patillal con los caseríos de Veracruz, Potrerito y Carrizal: uno de ellos estaban relacionados en que Patillal necesitaba expandirse territorial y demográficamente para ser jurídica y administrativamente elevado a la categoría de municipio, y por último, Valledupar buscaba consolidarse como una región homogénea de la música de acordeón e incorporando a Carrizal, corregimiento de La Junta, reafirmaban la equivocada información que indicaba que Diomedes Díaz era de Valledupar no en San Juan del Cesar, La Guajira.
Creemos y así lo consideramos, los ganadores en esta disputa fueron los habitantes de los barrios El Perú, Baroblancal y el Campín, que estaban en territorio de San Juan del Cesar, pero eran muy cercanos a Patillal y solo los dividía el arroyo La Malena, ahora pertenecen oficialmente al departamento del Cesar. En conclusión, Diomedes Díaz es guajiro y no patillalero, como eran las aspiraciones de quienes tuvieron la idea de controvertir lo que históricamente se había dicho.