La historia de los gallos en Colombia no se puede escribir sin antes pasar por Ezequiela Sánchez y Enrique Orozco Dangond, una pareja de galleros residentes en Villanueva, Sur de La Guajira, que a través de muchos países y los años de unión, crearon la cuerda más famosa del país y las contiendas de gallos reconocidas a nivel nacional e internacional.
A la residencia de los Orozco Sánchez en Villanueva llegaron famosos galleros de Sincelejo, Montería, Santa Marta, Bogotá, Riohacha, Valledupar, Panamá, Venezuela y República Dominicana.
Son 87 años que Ezequiela Sánchez cumplió el pasado 13 de diciembre y sentada en su acostumbrada mecedora entre los barrios San Luis y El Cafetal de Villanueva, ‘Ezequielita’ como la conocieron los galleros de Colombia y el mundo, recuerda que sus riñas fueron famosas y respaldada por gruesas sumas de dinero, especialmente la pelea que hizo en el año de 1969 con el gallo ‘La Mecedora’ apostándole en ese entonces $1.000.000 que a valor presente se constituye en una cifra incalculable.
Ezequiela se hizo famosa con dos gallos que hicieron historia en Colombia, el primero de ellos llamado ‘Guere – Guere’, nombre que ha sido tradicional con los mejores exponentes en la cría que han tenido los Orozco Sánchez, patentizado por su hijo Augusto y seguido en la cuerda de ‘Los mellos Orozco’ (sobrinos de Enriquito), así como ‘La Mecedora’, catalogado como uno de los gallos que tuvo a finales de los 60 y en los inicios de los 70, la pelea más costosa en la historia. Estos dos gallos le dieron renombre nacional y respeto con el gallero villanuevero por su cría y casta.
Ezequiela Sánchez tenía ese talismán de buena suerte que la acompañaba, un sombrero vueltiao y su sonrisa inigualable y cuando sus colegas de apuesta la veían en la primera fila le gritaban: “Quiubo Cacica, me imagino que trajo buenos gallos, como siempre” y ella les respondía con esa simpatía y esa gracia de la que gozaba: “Traje puros campeones, ya los verán”. Y no se equivocaba, porque cuando lanzaba ‘La Mecedora’, era pelea garantizada.
‘Enriquito’ y Ezequiela cumplieron a cabalidad el decálogo de los galleros que dice así: “Los galleros somos hermanos en un gran deporte. El gallero que todavía no sabe perder, no se puede considerar gallero. El gallero que compite con lealtad, merece el respeto y el cariño de sus ocasionales adversarios. El gallero que trata de ganar con ventajas, muy pronto es aniquilado por el desprecio. En las riñas de gallo, uno será el ganador y otro el perdedor, saber perder es más importante que saber ganar. Mientras los gallos se combaten fieramente los galleros se estiman cada vez más”. Competir en un gran evento de mucha trascendencia, es la máxima aspiración de un buen gallero, sobre todo, por muy bueno que sea, tiene su día que pierde.
No hay otra manera de definir lo que representó Ezequiela Sánchez para los gallos en Colombia. Hoy a sus 87 años de vida, recuerda esos momentos gloriosos que vivió con su amado ‘Enriquito’ y ese amor por los gallos lo ha recogido su hijo Augusto Orozco Sánchez, que heredó la picardía de su padre y la sonrisa de su madre en donde hoy se pasea por todas las galleras de Colombia haciendo eco a lo que fueron ellos en el pasado.
Gran homenaje
Villanueva le rindió honores a Augusto el 18 de septiembre del 2008 en la gran concentración de la gallera San José.
Su casa hoy continúa siendo un alboroto ya no por los gallos, sino porque otros de sus hijos, el médico Jorge Juan, quien ha sido dos veces alcalde de Villanueva, la política la lleva en las venas haciendo honor a su padre y haciendo honor a Laureano, el gran amigo que tuvo su progenitor y que daba la pelea en esta tierra bella y buena llamada Villanueva. Gloria por siempre a la gran gallera y a la única ‘Cacica’ que tiene La Guajira en cuestión de gallos, la gran ‘Ezequielita’, matrona villanuevera que a pesar de los años, continúa con esa memoria intacta.