El día 8 de marzo se ha consagrado como el Día Internacional de La Mujer, cuya celebración se emprendió a partir del año 1911, originada de las luchas que se emprendieron desde el inicio del siglo XX, pero las celebraciones se marchitaron por motivo de las dos guerras mundiales.
En el año 1975 se proclamó el Día Internacional de la Mujer a través de las Naciones Unidas, para que fuera adoptado e implementado por los países del mundo de manera globalizada. La mujer, aun cuando han conquistado y reivindicado el derecho de igualdad, todavía les falta equilibrio de género.
En algunas naciones árabes y tribus étnicas, las restricciones ideológicas y políticas aún siguen vigentes en los libros sagrados y códigos de convivencia social-comunitarias, tratando a la mujer como objeto utilizable sin derecho de amparo, de manera indiscriminada. En territorio árabe, las mujeres no tienen derechos ni siquiera con los hijos, al igual que las tribus africanas, que comercializan y venden a las mujeres sin su consentimiento. Están supeditadas a condiciones de rigidez, con limitaciones y prohibiciones castigables, cuando se incumplen los ordenamientos y las disposiciones por cualesquiera sean las circunstancias que no se superan por mandato religiosos, coartando la libertad, predominando la sumisión, humillación y la violación de los derechos humanos.
Vender las niñas en infancia y esclavizar a la mujer es una infamia. No ha habido forma de que algunos gobernantes y mandatarios transformen las nefastas costumbres de negarle a la mujer los derechos naturales y políticos, menoscabando su dignidad, imponiendo el miedo y drásticas sanciones; establecidas en sectarias ideologías que impiden que las mujeres se liberen de los yugos de sometimiento debidamente controlados.
Europa, Estados Unidos y América Latina, de manera universal conmemoran el 8 de marzo, Día especial e Internacional de La Mujer, rindiéndoles tributos y reconocimientos merecidos. De igual forma se exaltan antecedentes históricos, labores y actividades emprendidas por el sexo femenino, remembrando la trayectoria histórica, fundamentada en el empeño de la mujer frente a sus responsabilidades, no sólo las de parir, criar hijos y ocuparse de los oficios domésticos del hogar. A la mujer antes del siglo XX ni siquiera se le reconocía el derecho de identificación, para portar cédula de ciudadanía y participar democráticamente en elecciones populares. En Colombia se comenzó a reconocer nacionalidad a la mujer para sufragar y elegir a partir del año 1958.
La mujer es el ser especial que nos embriona en sus entrañas hasta nacer, nutrirnos de su pecho con atenciones y cuidados en el desarrollo del crecimiento formal y educativo. Si amamos y queremos a nuestra madre, nos asiste el deber moral de apoyar a la mujer contra toda clase de maltrato y protegerla de la violencia intrafamiliar, política, religiosa y vándala, que ponga en peligro la integridad física y moral de la mujer.
La desigualdad de género no debe medirse por la fuerza ni el machismo. Las condiciones física que nos diferencian no son motivos de exclusión en oportunidades relativas, asuntos laborales, representativos y actividades de servicios. La mujer es el reflector que ilumina los espacios públicos y privados como el hogar. Donde falta la mujer, el ambiente está empañado o apagado. A ella le toca atender arduos deberes y compromisos de responsabilidad con los suyos y resolver necesidades de toda índole. Las mujeres son necesarias y útiles para muchas cosas, los varones debemos comprender y corresponder siempre a la mujer en apoyo, con amor, amabilidad, consideración y afectos; sobrellevando las causas negativas, que se originen por motivos de errores equívocos, desquiciamientos, confusiones, dudas, tribulaciones, desentono, ofuscamiento verbal y exaltaciones.
No dejemos de perdonar a una mujer sin que el perdón siempre implique compromiso de continuidad. Los trastornos hormonales pueden desfasar, trastornar y desarticular a la mujer, repercutiendo en actitudes y modales corregibles. El término mujer lo representan: madres, hijas, abuelas, hermanas, cónyuges, tías, sobrinas, compañeras, amigas, vecinas, etc. ¡Qué vivan las mujeres! No solo en el Día Internacional, sino todos los días.