Es importante diferenciar de manera objetiva y elemental, los fundamentos de cada una de las tendencias, en los sistemas sociales, políticos y económicos, históricos y predominantes. El comunismo se origina del término comunidad. Es decir, todos los bienes y propiedades corresponden a todos los que habitan la comunidad, nadie es dueño único de nada. Este sistema tuvo aplicación en la era primitiva, se hace alusión de esta en el sistema político de China. El socialismo se origina del latín “sociare”, que significa combinar o compartir. Del origen etimológico, se deduce y supone la dirección que persigue. Un sistema de organización social económica basado en la propiedad, administración y participación indiscriminada de quienes conforman o conviven en sociedad y comunidades. Existe mucho concepto sobre socialismo, entre los que se pueden mencionar: utópico, social demócrata y científico.
El socialismo se centra de manera solidaria en la producción garantizada por el Estado para el desarrollo y bienestar general, de manera pública, colectiva o cooperativa pero desgraciadamente ha sido mal interpretada y mal utilizada por dictadores que secuestraron principios esenciales para deformarla de manera desproporcionadas y sectaria, ejerciendo dominios absolutos en una corriente filosófica dogmática e imperativa. El término de izquierda atribuido al socialismo ha sido usado para diferenciarlo del capitalismo, no tiene sentido alguno, al menos que se utilice para confrontar prevalencias, originando diferencias ideológicas que sirven de estrategias para amañar, engañar incautos y generar odios.
El capitalismo se fundamenta en la propiedad privada, concentración de riquezas en unos pocos y explotaciones económicas generadoras de beneficios personales. El sistema capitalista opaca al socialismo y al comunismo que están desapareciendo, sobre todo, cuando el imperio comunista ejercido por China, está convertido en el dragón capitalista, compitiendo en producción y comercialización en los mercados internacionales. Donde predomina el capitalismo, se clasifican y discriminan las personas por estratos sociales, de acuerdo con los bienes que posean y dispongan. Se trabaja por salario u honorarios, con escalas remunerativas establecidas e implementadas en favor y beneficio de intereses particulares capitalista. El socialismo predica igualdad, equidad y participación incluyente, pero no la aplican ni se practican por quienes gobiernan, arropados por esa tendencia filosófica-política. De ahí los regímenes antidemocráticos ejercidos algunas naciones gobernadas por dictadores socialistas, que coartan y limitan: libertades, persiguen contradictores y opositores; apropiándose de bienes y derechos del estado a título personal, con prácticas de corrupción y avaricias, como se comprueba en algunos estados socialista, que al igual que el capitalismo, se apropian de todos lo que pueden.
En socialismo democrático, cuyos mandatarios se elijan de manera popular, sería muy diferente a las dictaduras que ejercen gobernantes socialistas, atornillándose en términos ilimitados y sucesorios a descendencias consanguíneas.