Por Martín Nicolás Barros Choles
El expresidente de Estado Unidos, Jimmy Carter, considera a raíz de especulaciones y temores de la guerra fría en competencia imperial de Estados Unidos, por colocarse en primer lugar del poder económico, asumiendo atribuciones y facultades de dominios territoriales en los continentes terráqueos que se requiere de concertaciones respetuosas e intercambio comercial entre naciones, suscribiendo acuerdos diplomáticos.
Las economías americanas se fundamentan en conflictos armados, es decir, es una economía de guerras y acciones bélicas extensivas, con tentáculos en forma de “pulpo”, imponiéndose en el mundo. El expresidente Carter en una exposición de conferencia, pregunta: “¿Pero sabes por qué China se nos adelanta? ¿Sabe cuántas veces China ha entrado en guerra con alguien? Responde, “ni una sola vez”. Opina que Estados Unidos es la nación más guerrera en la historia de la humanidad, que utiliza el mecanismo de fuerzas, para imponer pretensiones, ejercer presiones, coacciones, intimidaciones y controles multilaterales; en otras naciones y países, mientras China por su parte, está invirtiendo recursos económicos, en proyectos de infraestructuras, industriales y comerciales, con altas tecnologías, inteligencia robótica y 5G, para uso en salud, telecomunicaciones, educación, transportes y militar; entre otros.
EE.UU. programa y proyecta anualmente gastos militares de 300 billones de dólares en la industria y operaciones militares, con batallones en distintas partes del mundo. China destina gran parte de la inversión en reformas tecnológicas para competir en los mercados de consumo con ofertas y demandas.
No es secreto los comportamientos y actitudes hostiles, ejercida por Estados Unidos en sus prácticas militares, intercediendo en asuntos internos, induciendo y provocando confrontaciones con la finalidad de generar violencia para ofrecer apoyo con compra-ventas de armas, obligando a suscribir endeudamientos y obedecer, condiciones de controles, supeditando a interés y sometimiento, como ha ocurrido en el Medio Oriente y América Latina, con los pagos de deudas con petróleo. Con la economía de guerra, fractura la estabilidad económica del Tío Sam, que comenzará a perder aliados entre naciones de gran solvencia y disponibilidad económica, agrupadas en bloques de apoyo exterior (Otan y Grupo de los 11) obligado por Estado Unidos a hacer aportes para gastos militares de seguridad y adquirir armas para combatir cuando el presidente americano declare de manera mañosa, mentirosa y caprichosa la guerra, para de esa forma vender lotes de armas.
La caída hacia futuro del uso de petróleo y carbón, por efecto de recalentamiento y la transformación en sustitución de energías alternativas, es motivo de reflexión para ponerle fin a los continuos y permanentes, conflictos injustificables, cambiando gastos militares, por apoyo humanitario, que muchas naciones y repúblicas necesitan mitigar el hambre e impulsar fuentes de trabajos colectivos.
A propósito de humanitario, es menester destacar al citado expresidente Jimmy Carter, premio Nobel de Paz en 2002, por sus loables labores en el mundo conjurando diferencias conflictivas y promoviendo paz. No lo reeligieron presidente de EE.UU. por ser una persona mesurada, compasiva y transparente que no comulga con los problemas y combates armados, circunstancias criticadas, por los adversarios políticos (republicanos), considerándolo como un mandatario débil, sobre todo por no liberar por la fuerza a los rehenes secuestrados en Irán y fue derrotado por Ronald Reagan en 1979.
Carter no se amilanó con la derrota electoral, antes, por el contrario, continuó prestando sus servicios privados a presidentes u organizaciones humanitarias que lo ocupaban y requerían de sus servicios. También se dedicó en tiempos libres a cultivos agrícolas en su predio rural del Estado de Georgia, en forma similar al expresidente de Uruguay, José Mojica.
A participado como asesor consejero en asuntos de paz en los cuatro continentes, cuestionó la invasión militar a Irak, la pena de muerte, condena perpetua y la existencia de la cárcel de Guantánamo, en territorio cubano, ocupado por EE.UU.
Fue garante de la entrega del canal de Panamá, mantiene buenas relaciones diplomáticas y de servicios con Rusia, China, Cuba, Corea del Norte etc., lo que ha permitido resolver asuntos internacionales humanitarios y de paz.
Jimmy Carter nació en el Estado de Georgia, de filiación Partido Democrático, siendo el expresidente que más años de vida ha sumado 95 años. Espera en esta última elección del 3 de noviembre derrotar al presidente Donald Trump para poner fin a la guerra fría utilizada estratégicamente por EE.UU. para controlar aliados e intimidar rivales. China es el dragón económico que compite en condición de capitalista con el imperio americano.