Por Normando José Suárez Fernandez
Históricamente el municipio (1848) de Villanueva, hoy La Guajira, fue epicentro de la provincia del Magdalena grande y protagonista de hechos y acontecimientos determinantes a nivel regional y nacional. Uno de ellos fue la participación de sus dirigentes en la guerra civil de los Mil Días. Entre los destacados personajes que intervinieron en el conflicto civil en 1900 hasta 1902 fue el coronel liberal Leandro A. Cabello y sus hijos los coroneles José María y Laudelino.
Después de la firma del tratado de Neerlandia (24 de octubre 1902) los restos del ejército liberal de Padilla vuelven a sus lugares de origen. El oficial Cabello en su nueva condición de excombatiente se dedica por convicción a promover la sana convivencia para superar los la tragedia de la guerra. En 1914 es nombrado alcalde de su natal Villanueva.
En 1915 promovió con el párroco Silvestre L. Daza institucionalizar un pacto de reconciliación entre el vecindario villanuevero el 1º de enero de cada año después de la misa. En el acta suscrita por 43 paterfamilias se aprobó: “Queriendo nosotros vivir en caridad fraterna, juramos, por nuestra palabra de honor y por la patria… el olvido de toda querella; y al efecto nos daremos el abrazo del amigo y propenderemos a que reine en el pueblo una paz general. Para perpetuidad de esta resolución, que queremos sea cumplida por nuestros hijos y sucesores, la firmamos…”.
En 1952 47 jefes de familia renuevan el anterior pacto con Tribunal de Honor incluido “encargado de dirimir toda controversia que pueda plantearse entre los vecinos dentro del respectivo año”. Dos de los firmantes son Laudelino y el abogado de la Universidad Nacional de Colombia Leandro Cabello López, padre de Margarita Cabello Blanco. ¿Cuál fue la mayor insistencia y orientación del jurista Cabello López sobre su hija adolecente y bachiller frente a su futuro profesional?
En palabras de la hoy procuradora General de la Nación fue decisiva la influencia paterna para estudiar y ejercer el Derecho: “Mira que extrañamente, mi padre, quien fue magistrado y se retiró, nunca quiso ejercer como empleado. Siempre quiso ejercer la profesión como independiente, y cuando yo empecé –que lógicamente él me ayudó a conseguir el primer empleo con un amigo de él cuando me gradué– a él no le gustó mucho que yo fuera empleada para comenzar a trabajar en la rama judicial. La promesa era que lo iba a hacer por un año. Pero ese año fueron los 33 que llevo en la rama judicial hasta llegar a ser presidenta de la Corte”.
A la pregunta de la periodista Natalia Medina ¿cuál era entonces la ideología de su padre al respecto? responde: “Él decía que las personas debían trabajar independientes y hacerse su porvenir independiente y no vivir toda la vida sujetos a un puesto, un trabajo limita mentalmente las capacidades y la productividad. A él nunca le gustó que fuéramos empleados, sino que ejerciéramos y saliéramos adelante como independientes”.
Se espera que Margarita Cabello Blanco con su actuación y decisiones honre y preserve el legado de su abuelo Leandro A. Cabello, su padre y tíos que lucharon por un ideal.