Por José Ceferino Nieves Orozco
El cluster de la música vallenata como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad debe establecer unas rutas que les permita a todos los turistas visitantes interesados en investigar los lugares que frecuentaban nuestros juglares y además, servir de fuente de ingresos como emprendimiento cultural de la Economía Naranja.
Ruta Francisco El Hombre: Machobayo, La Guajira. El municipio de Riohacha debe crear las condiciones de infraestructura turística para que la gente se interese en conocer las huellas de este juglar. Solo está la historia, lo demás hay que crearlo. Me atrevo a decir que sería el despegue económico de esta zona del país.
Ruta ‘El Cacique de La Junta’: esta la creó la gente seguidora de Diomedes Díaz sin proponérselo. Miles de personas visitan a Carrizal a conocer dónde nació Diomedes, a raíz de su muerte. Todavía falta inversión e iniciativa tanto pública como privada para que la gente explote esta industria.
Ruta Emiliano Zuleta Baquero ‘El Viejo Mile’: es la ruta hacia El Plan, La Guajira. Este es un sitio de mucha recordación, allí se reunían a parrandear en casa de La Vieja Sara, Rafael Escalona Martínez, Alfonso Cotes Querúz, Nicolás Elías ‘Colacho’ Mendoza, Leandro Díaz Duarte, Antonio ‘Toño’ Salas y Andrés Becerra. Allí también vive la musa de Leandro, Matilde Lina.
Ruta Calixto Ochoa Campo: conocer la emblemática Valencia de Jesús, tierra promisoria y de gran tradición religiosa. La tierra donde el padre ‘Pachito’ pasó un gran susto por tratar de cambiar el Altar.
Ruta Alejo y Náfer Durán: conocer El Paso, tierra que parió al hombre más grande que ha dado el vallenato auténtico. Tierra que de sus entrañas mana leche, miel y música.
Ruta Camilo Namén: a la fantástica Chimichagua, allí la gente conocerá la tierra de la Ceiba del Puerto, el Higuerón, Recordando mi Niñez y donde Mi Padre fue mi Gran Amigo y Fiel. La tierra de La Piragua de Guillermo Cubillos.
Ruta Alfredo de Jesús Gutiérrez Vital ‘El Rebelde del Acordeón’: conocer Los Palmitos, Sucre. Más de las veces la gente se interesa por conocer los pueblos donde nacieron los artistas cuando mueren, que cuando viven.
Ruta Leandro Díaz: Hatonuevo, Alto Pino, tierra donde el hombre que veía con los ojos del alma, desarrolló la habilidad en sus otros sentidos; para interpretar la realidad que lo circundaba.
Ruta Romualdo Brito López: Treinta o Tomarrazón, era el corredor para intercambiar razones.
Ruta Luis Enrique Martínez Argote: Fonseca, “volver a ti, es repetir la dicha de volver a nacer”. La tierra del Retorno, de los Pitres, Chema Gómez, Rafael Penzo y de Tabaquito.
Ruta Carlos Huertas Gómez: Dibulla, tierra de sol, mar y playa.
Ruta Los Hermanos López y ‘El Jilguero de América’: La Paz, tierra de la Almojábana, de mujeres trabajadoras que no se le arrugan al sol.
Ruta Rafael Orozco Maestre: Becerril, tierra de canto y tradición en el Festival de la Paletilla.
Ruta Adolfo Pacheco Anillo: San Jacinto Bolívar, tierra del gurrufero, la hamaca grande y el mochuelo.
Ruta Rafael Escalona Martínez y El Pintor Molina: Patillal, tierra de poetas donde la tierra te inspira con esa cercanía a la reserva espiritual más grande de América: la Sierra Nevada. Tierra de Freddy Molina, Octavio Daza, ‘Beto’ Daza, ‘Chiche’ Maestre, José Hernández Maestre, ‘Cocha’ Molina, ‘Chema’ Guerra y Julio García.
Ruta de las Dinastías: Villanueva, de allí nacen Los Zuleta, Romero, Maestre, Murgas, Fernández, Gil y Celedón, y otras.
Ruta de Compositores: San Juan del Cesar, tierra de prominentes memorias inspiradoras, Isaac ‘Tijito’ Carrillo, Máximo Movil, Martín Maestre, Marciano Martínez, los hermanos Calderón, Roberto, Amilkar y Efrén, Hernando y Deimer Marín, Aurelio ‘Yeyo’ Núñez, Hernán ‘Nacho’ Urbina, Luis Egurrola, Franklin Moya, Juan Humberto Rois, Alexander ‘Coco’ Oñate y Jesús Alberto ‘Oxiuro’ Villero, entre otros
Ruta Flores de María: tierra que inspiró a ‘Juancho Polo Valencia’.
Ruta Carlos Vives. Santa Marta, la bahía más grande de América.
Celebro que en Valledupar los mandatarios locales comenzaron a dignificar y a su vez a inmortalizar a los artistas colocándole a las urbanizaciones sus nombres, caso Urbanización Hernando Marín, donde cada bloque tiene nombres de sus canciones, del inmortal compositor. Lo mismo la urbanización Lorenzo Morales ‘Moralito’. Barrios y empresas con nombres de composiciones vallenatas.
Patillal se sobró con ese homenaje a ocho de sus compositores en el Parque de las Monedas. Ojalá en lo sucesivo los mandatarios locales hagan este homenaje en vida en cada una de sus localidades.
Cristian Moreno Panezo, en su gobierno, también hizo un gesto amable, reconociendo en los 25 municipios del Cesar, al personaje más representativo de la cultura.
A todos estos sitios emblemáticos hay que procurar crearle la infraestructura turística para generarle desarrollo económico y social, donde todas las familias de sus alrededores generen oportunidades de ingresos vendiendo sus artesanías, gastronomía, bebidas, humor, música, libros, fotografías, mitos, historias y leyendas, etc.