Por José Aragón Jiménez
A través de los años, las narraciones culturales sobre hechos milagrosos o naturales, combinado de realidades y fantasías, son las leyendas, consideradas como relatos folclóricos con bases históricas, trasmitidas de generación en generación, reflejando una representación simbólica, dejándonos una reflexión que adaptamos a las relaciones sociales. Haciendo el resumen de una leyenda, cuyo autor es desconocido, trata sobre nuestras actuaciones frente a los peligros inminentes.
Palabras más, palabras menos, relaciona a un hombre religioso, naufrago de un mar impetuoso, imploraba en sus oraciones a Dios que lo salvara de morir ahogado; pasó una lancha rápida y le pidieron que subiera, pero dijo que Dios lo salvaría. Después un helicóptero, bajándole unas escaleras, le solicitaron que subiera, pero siguió con la misma respuesta, luego cruzó un buque lanzándole una lancha inflable, obtuvieron la misma respuesta. Al morir llegó al cielo, reclamando el por qué no lo ayudaron. Dios le respondió que escuchó sus ruegos, que le había enviado una lancha rápida, un helicóptero y un buque, pero no aceptó las ayudas. Si lo hubieras hecho no estuvieras aquí, le dijo. La reflexión es: muchas veces no vemos los auxilios que llegan de diversas formas, somos ciegos frente a las adversidades, no lo podemos negar.
Pero si sabemos que una de las medidas, de mayor impacto en salud pública, es la vacunación. Sin embargo, hoy por hoy, las vacunas aún no se han terminado en los laboratorios y muchas personas ya están renunciando a ella, sin previo conocimiento cuáles serán los resultados de inmunización que pueda alcanzar. La realidad es, que en la actualidad existen seis posibles estudios en laboratorios calificados que están desarrollando la vacuna contra el virus. Rusia es la primera que ha manifestado tener lista una vacuna, identificada como “Spútnik V”, los estudios tendrán una duración de entre cuatro y seis meses, pero que esto no será obstáculo para iniciar la vacunación masiva de la población, según han declarado las autoridades de ese país; la vacunación es de carácter voluntario.
Este pronunciamiento ha desatado una serie de especulaciones, entre países involucrados en la producción de la vacuna. Si mal no recuerdo, terminada la segunda guerra mundial en 1945, se inició la denominada Guerra Fría, entre Estados Unidos y la Unión Soviética, extendiéndose por más de cuatro décadas. Esta confrontación fue política, económica, social, militar e informativa. Igualmente estamos hoy, tenemos otra especie de guerra fría con la producción de la vacuna. Han venido atemorizando a todo el mundo diciendo que, dicha vacuna, estaría disponible para finales del 2022. La OMS, ¿para qué lado está? Desde el comienzo de la pandemia recomendó usar tapabocas y lavarse las manos ¿Cómo lo sabía? los posibles medicamentos para controlar el virus, no están autorizados por ellos. Simplemente dicen que: “Por el momento, no se recomienda ningún medicamento específico para prevenir o tratar la infección por el nuevo coronavirus (2019-CoV)”. ¿Por qué razón mandan al aislamiento a las personas que tienen los síntomas? La OMS, sigue diciendo: “Es necesario atender adecuadamente a las personas infectadas por este virus para aliviar y tratar los síntomas. La OMS está ayudando a agilizar las labores de investigación y desarrollo con una serie de asociados”. ¿Quiénes son los asociados? ¿Por qué dicen que no hay medicamentos, pero hay que atenderlos adecuadamente y tratar los síntomas? Eso no se sabe. No obstante, muchas personas han hecho una infusión a base de aspirinas, limón y agua caliente; supuestamente ha resultado. Pero las aspirinas han desaparecido del mercado, no se encuentran en droguerías, supermercados ni en la tienda de la esquina. ¿No las están produciendo? ¿El problema es político, económico o social?