Un caso de presunta negligencia médica ha causado indignación en el departamento del Atlántico. Silvia Jiménez, una mujer de 70 años, falleció dentro de una ambulancia que la trasladaba desde Luruaco hasta Sabanalarga, luego de que el conductor del vehículo hiciera una parada injustificada en su casa durante el trayecto, retrasando el traslado en aproximadamente 40 minutos.
Según denunciaron los familiares de la víctima, la ambulancia no se dirigió directamente al hospital, sino que el conductor tomó una ruta diferente para hacer una parada en su casa y esperar a otro chofer para el cambio de turno. Esta demora resultó fatal para Silvia, quien necesitaba atención médica urgente tras sufrir un fuerte dolor abdominal.
«En vez de llevarla directo, se desvió diciendo que tenía que buscar a un sobrino, un primo, no sé. Se demoraron 40 minutos mientras ella se ahogaba, se asfixiaba y necesitaba oxígeno», relató un familiar de la mujer.
Silvia Jiménez comenzó a sentirse mal el día de su fallecimiento. Acudió al hospital local de Luruaco, donde los médicos determinaron que debía ser trasladada a un centro asistencial de mayor complejidad en Sabanalarga. Su esposo, Rodolfo Figueroa, y su hija decidieron acompañarla en la ambulancia, confiando en que llegaría con rapidez al hospital. Sin embargo, el retraso causado por el conductor impidió que recibiera la atención necesaria a tiempo.
«Yo sentí que la ambulancia frenó y pensé: ‘Llegamos’. Pero no. El conductor se había detenido en la carrera 23 para buscar al otro chofer. Mi mamá ya estaba muy mal y necesitaba atención urgente. Murió ahí mismo, dentro de la ambulancia», lamentó su hija.
Los familiares de Silvia Jiménez han denunciado el caso como un acto de negligencia médica y piden que se investigue a los responsables. «Mi mamá falleció por culpa de la negligencia. Les pido que esto no quede impune. Si la hubieran llevado directamente al hospital, tal vez hoy seguiría con nosotros», expresó su hija.
Por su parte, el esposo de Silvia, Rodolfo Figueroa, sigue en shock por lo ocurrido. En su casa, aún coloca cada tarde las dos sillas donde se sentaba junto a su esposa, recordando con dolor lo sucedido.
Este caso ha generado una fuerte polémica y reavivado el debate sobre la calidad de los servicios de emergencia en Colombia. Las autoridades competentes ya han sido notificadas y se espera una investigación para esclarecer los hechos y determinar responsabilidades.