Un impactante caso de violencia familiar ocurrió el pasado lunes 10 de febrero en Wyoming, Estados Unidos, cuando Tranyelle Harshman, una mujer de 32 años, disparó a sus cuatro hijos antes de quitarse la vida. Momentos antes de cometer el suicidio, realizó una llamada al 911 para alertar a las autoridades sobre lo sucedido. Según el informe oficial, la mujer sonaba desesperada y afirmó que sus hijas habían recibido disparos. También informó que podían encontrarla en su habitación, insinuando que planeaba quitarse la vida.
Cuando la policía llegó a la residencia en la cuadra 200 de East Shoshone Street, encontraron una escena devastadora. Cuatro menores de edad, de uno, dos, siete y nueve años, yacían con heridas de bala en la cabeza. Dos de ellas habían fallecido en el acto, mientras que las otras dos fueron trasladadas de urgencia al Hospital North Big Horn. Horas más tarde, una de las niñas murió debido a la gravedad de sus heridas, dejando a una sola sobreviviente, quien continúa en estado crítico bajo atención médica.
Familiares y amigos de Harshman han expresado su conmoción, describiéndola como una mujer cariñosa y una madre dedicada. Sin embargo, su expareja y padre de sus hijas menores, Cliff Harshman, reveló que Tranyelle padecía una depresión posparto severa, lo que podría haber influido en su fatídica decisión. “La gente no entiende que la enfermedad mental no es solo cuestión de fuerza de voluntad. Son desequilibrios químicos en el cerebro, caminos neuronales dañados”, expresó, subrayando la importancia de la salud mental y la necesidad de apoyo para quienes atraviesan estas condiciones.
Por otro lado, Quinn Blackmer, padre de las hijas mayores, se encuentra devastado por la tragedia, lamentando la pérdida de una de sus hijas mientras la otra lucha por sobrevivir. La comunidad de Wyoming ha mostrado su solidaridad con los afectados y ha abierto debates sobre la urgencia de mejorar el acceso a la atención psicológica y el tratamiento de enfermedades mentales, especialmente en madres que atraviesan la etapa posparto.
La Oficina del Sheriff del Condado de Big Horn ha iniciado una investigación para esclarecer todos los detalles del caso. Hasta el momento, no se ha encontrado evidencia de denuncias previas por violencia doméstica ni antecedentes de comportamiento agresivo por parte de Harshman, lo que hace aún más desconcertante la tragedia.
Este caso ha generado conmoción a nivel nacional, reavivando el debate sobre la importancia de la detección temprana de trastornos mentales y el acceso a recursos de salud mental. Organizaciones de apoyo han instado a las familias a prestar atención a signos de depresión y ansiedad en mujeres que han dado a luz recientemente, para evitar desenlaces fatales como este. Entretanto, la comunidad sigue a la espera de más información sobre el estado de la única sobreviviente y sobre las conclusiones de las investigaciones oficiales.