La Guajira ha sido testigo y la curia protagonista de un acontecimiento que amerita ser visibilizado y digno del aplauso ciudadano, por obra y gracia de La Divina Providencia fue escogido el lugar más septentrional de Colombia para realizar la Novena Copa de La Fe con tres sedes para la realización de los partidos de fútbol, Riohacha, Dibulla y Barrancas.
Se trata de un torneo inédito para los ojos de nuestros territorios macondianos, pues nunca se había realizado en la región Caribe, es un torneo corto en el cual sus intervinientes son un mayúsculo grupo de hombres que tienen vara alta con el altísimo, se trata de una competencia futbolística entre equipos pertenecientes a las Diócesis e integrados por sacerdotes lo que hace más atractivo el asunto porque no es usual ver a estos hombres de hábitos largos y petacazos en misa vestidos de pantalón corto y calzoncillos largos corriendo en el campo disputando el balón y sacándole la madre a los árbitros.
Mientras observaba uno de sus partidos vino a mi mente el aparte que hemos transcrito de la canción costumbrista titulada ‘El padre Serrano’ de la autoría de Francisco Irenio Bolaño que es la canción número 15 del álbum ‘El vallenato mayor’ grabado por Iván Villazón con el acordeón del décimo Rey Vallenato José María “Chema” Ramos en el año 2009, y no podía ser de otra manera porque los curas tienen a Riohacha y al resto del Departamento alborotado.
La verdad que la presencia entre nosotros de tantos hombres al servicio del altísimo es una noticia extraordinaria, es el preludio de mejores tiempos para este pueblo anestesiado por tantas desdichas, desesperanzados por tanta impiedad y desconcertados por tantas injusticias, es además un voto de confianza para nuestra gente en este tiempo crucial de tribulaciones cuando los mismos guajiros nos hemos colgado al pescuezo el aviso diciendo que somos lo menos importante y los más corruptos del mundo.
No hay duda que el entusiasmo de los prelados jugadores es contagioso, que con su magia han alimentado de fe el espíritu colectivo y han propiciado la palpitación de Dios en el corazón de las más importantes de las “IAS”, que es la ciudadanía, de ese conglomerado de hombres y mujeres que con profunda fe cristiana reafirma en cada peripecia su profunda fe en un ser superior para quien no hay tiempos cortos ni largos sino perfectos.
Monseñor Francisco y sus muchachos merecen el reconocimiento público por estas horas sublimes bajo el cielo alegre que trajo la luz y el agua bendita para hacer germinar sobre la mollera de sus habitantes la alegría marchitada por inmerecidas penurias, son estos motivos que justifican afirmar que las cosas están cambiando para bien porque cada vez es menos notoria la llegada a estas tierras de cosas y personajes útiles a la sociedad, mientras es cada vez más notoria la presencia en cualquier lugar de gente mala adulada por gente buena que hoy son sus serviles y después serán sus víctimas.
Curioso ver a estos señores sin las sandalias del pescador, pero no hay duda mostraron lo más alto de la condición humana, su humildad, capacidad de asociación, resiliencia ante los guarapazos recibidos y mucha capacidad para correr sin que el diablo los asustara, y no dudamos en afirmar que ese torneo ayudó a poner el balón al piso, para recordarle a la comunidad que los curas también se divierten, que el deporte desarma espíritus y que ellos también con lo que inventan mueven la economía.
La llegada de más de 542 curas a la región reactivó la economía, el sector hotelero no vivía un buen momento, los transportadores tampoco, la gastronomía mostraba síntomas de desaceleración, y los vendedores de raspa’o sonaban su clin, clin, clin, sin encontrar por las calles gente sofocada y con plata para comprarles, pero Dios les mandó este regalito y en los alrededores de las canchas hicieron la navidad en el mes de septiembre, con razón todos preguntan ¿cuándo volverán los curas a jugar?
Con lo que acaba de suceder hay alegría en el cielo y dicha en la tierra, en el cielo porque desde allá el Papa Juan Pablo Segundo miró los partidos recordando cuando se desempeñó como portero en el equipo MKS de Cracovia y en la tierra al enterarse del chisme el Papa Pachito estará dichoso porque trae a su mente los gratos recuerdos de muchacho detrás de la bola y le remueve las fibras al primer hincha del equipo San Lorenzo de Almagro en el mundo.
Oportuno recordar que por su parte ‘Juancho’ Pablo en entrevista para una revista internacional el 11 de diciembre dijo que “El fútbol es un método excelente para promover la solidaridad en un mundo afectado por las tensiones raciales, sociales y económicas” y dicen sus más respetados biógrafos que durante su largo pontificado hasta cuando falleció el 2 de abril de 2005, pronunció alrededor de 120 discursos y mensajes sobre el deporte, es decir que con el invento de los curas quedó complacido todo el mundo.
‘Pacho’, el Papa -así le decimos los que tenemos confianza con él- en entrevista que publicó la revista holandesa Straatnieuws en 2015 en un acto de sinceridad reconoció que jugaba fútbol en su patria pero que no fue precisamente una estrella en la actividad, dijo expresamente que “en Buenos Aires a los que jugaban como yo les llamaban ‘pata dura’, que quiere decir que tienes dos piernas izquierdas. Igualmente seguía jugando y muchas veces lo hacía de portero”, motivo suficiente para que este señor en estos días con este peculiar campeonato esté más orgulloso que ‘pata de palo con varices’.
Reconocimiento especial merecen las barras, deben servirles de ejemplo a los barristas del fútbol profesional colombiano que parece que asistieron a los estadios a descargar la violencia que traen de sus casas y de la calle como si el diablo hubiera tomado el control de su almas, necesitan un conjuro para ver si dejan los cuchillos en casa para ir a ver a sus equipos, a diferencia de lo ocurrido en el Atanasio Girardot de Medellín en donde en un solo partido hubo veinticinco heridos graves a cuchillo limpio, de los partidos de La Copa de La Fe salió mucha gente para el médico pero afectados de catarro porque se le ocurrió a San Pedro abrirles las llaves de sus benditas aguas precisamente desde que comenzó el torneo.
Gracias a la Diócesis de Riohacha encabezada por monseñor ‘Pachito’ por depositar con sus laterales de todo el país, también de México y San Cristóbal su confianza en la tierra que vio nacer al Nelson de los mares de América el Almirante José Prudencio Padilla López, tiene usted suficiente razón para andar mas contento que avispa carnicera sobre maticas de tomate.