Cuna de Acordeones’, el cual fue escogido por unanimidad, después de dos intensas reuniones en la residencia de doña Gloria Socarrás donde nació el Histórico ‘Cuna de Acordeones’.
Después de estos acontecimientos, una comisión, en cabeza de doña Gloria Socarrás, viajó a Valledupar, en compañía de Julio de la Rosa, a la Voz del Cañahuate, a informarle a la comunidad el por qué del cambio de nombre; luego vino la organización del primer festival ‘Cuna de Acordeones’, en una maratónica odisea y lo más difícil, sin recursos. Se eligió la primera Junta del Festival, quedando Luis Celedón Millian, como presidente, mientras la residencia de doña Gloria Socarrás seguía funcionando como sede del ‘Cuna de Acordeones’.
Comenzaron a tocar puertas y fue así como José Ramón Vega, regaló la totalidad de la madera para la construcción de la tarima, Pompilio Morillo transportó esa madera en un tractor de su propiedad a la plaza principal; viajaban diariamente a Valledupar, a promocionar el Festival en la Voz del Cañahuate, con la colaboración especial del periodista Julio de La Rosa Insignares.
En la ciudad de los Santos Reyes recibieron el apoyo de la colonia villanuevera, en cabeza del odontólogo Gabriel Socarrás, quien dio la primera colaboración al Festival, el abogado Gumersindo Peñaloza Montero, que les colaboró mucho, presentándoles a otros patrocinadores; el único villanuevero que les negó el apoyo fue el abogado Uribe Habid Molina, aduciendo que él no residía en Villanueva.
La primera novilla la regaló el ganadero Luis Felipe Ovalle Ovalle para un día de campo; se realizó la marcha del peso, en Villanueva, buscando recolectar fondos para el primer Festival, la cual resultó exitosa por el apoyo del pueblo villanuevero; en esa marcha colaboraron con su música, Rafael Hernández (q.e.p.d.) y ‘Milo’ Maestre (q.e.p.d), los dos grandes maestros del saxofón. En esta marcha, un dato curioso, doña Hildegar Ovalle de Gómez tocaba el acordeón y Saila Maestre cantaba canciones alusivas a Villanueva.
La primera tarima se diseñó con papel cometa; el reconocido pintor Augusto José Ramírez Daza donó los primeros pasacalles, alusivos a la primera gesta cultural, como dato curioso, el acordeonero Jesualdo Bolaño o ‘Bolañito’ actuaba como chef de toda la junta organizadora del primer festival en la residencia de nuestra primera y única heroína del hito histórico y folclórico del ‘Cuna de Acordeones’. La primera caseta fue todo un éxito, amenizada por el Binomio de Oro, Daniel Celedón y Norberto Romero, Orangel “el Pangue” Maestre con Silvio Brito, que estaban en todo su apogeo, ‘Papi’ Díaz con Pablo Araújo y el acordeón de ‘Bolañito’. Cuando cayó el telón del primer Festival, la alegría y la nostalgia se sintió en todo el pueblo y hasta en la serranía se sintió el guayabo por lo que acababa de suceder, como uno de los hitos históricos que dejó enmarcada a Villanueva, quizás como una premonición de que nuestro pueblo estaba para grandes cosas, como en efecto ha sucedido.
¿Y qué ha pasado con la heroína del ‘Cuna de Acordeones’? Los directivos, en casi todos los cuarenta y tantos años de creado, la echaron al olvido, como un baúl en un rinconcito de la nostalgia y del recuerdo.
Solamente, en el año 2003, con ocasión de los 25, años se le hizo un reconocimiento, pero la deuda que tuvo Villanueva en el paraninfo de la historia, con doña Gloria Socarrás de Maestre, ahora fallecida, es inmensa, muy grande y ante todo, impagable.
No hay derecho que una ‘Cacica’ de los quilates que estuvo formada ella, no le hayamos dado la importancia que merecía y que otros que no labraron la historia, sean lo que se beneficien de títulos honrosos, que en la mayoría de los casos, no merecen; y que una mujer honorable, íntegra, llena de amor por su tierra, fuera ignorada de esta manera.
Estuvimos a tiempo de recuperar el tiempo perdido y que el pueblo de Villanueva, y el Consejo Directivo de la Fundación le dieran el pedestal que merecía esta mujer soñadora y emprendedora, que visionó a años de distancia, lo que se vería venir; ante ella tuvimos la oportunidad de reconocer la grandeza meridiana de una mujer admirable en la tierra de la fábula y la fantasía. ¡Siempre la llevaremos en nuestros recuerdos!