Riohacha, la capital de La Guajira, es un buen vividero, esas son las expresiones de quienes llegan a conocerla y la habitan, un territorio costero lleno de historia, pero con cientos de problemas que aún no se resuelven.
La ciudad requiere con urgencia que todos sus hijos sin excepción hagan causa común por ella para recuperarla de la indiferencia, de la falta de amor y sentido de pertenencia.
La capital se está cayendo a pedazos, su deterioro cada día es más evidente, los problemas se agudizan y sigue creciendo de manera desordenada y rodeada de cordones de miseria.
Los servicios públicos no mejoran, la invasión del espacio público sigue creciendo, el alumbrado público es más oscuro en varios sectores de la ciudad, el malecón de la primera albergando nuevos vendedores, los mototaxistas haciendo de las suyas, la falta de oportunidades para los nuevos profesionales, la zona histórica perdiéndose, el tema de movilidad cada días más complicado, los amigos de lo ajeno causando miedo en la ciudadanía, amén de otras situaciones que muestran una ciudad en medio del abandono.
La fotografía entonces no puede ser más diciente, de allí este llamado urgente al gobernador de La Guajira Jairo Aguilar Deluque y al alcalde Genaro Redondo, para que definan una agenda en común con propósitos viables para recuperar a la ciudad.
No se trata de simples deseos, se trata de encauzar el rumbo, de trabajar de la mano para empezar a generar confianza en la comunidad como un estímulo para que se sumen a ese esfuerzo colectivo que permita avanzar en los propósitos comunes.
En esta cadena es urgente el llamado a los funcionarios públicos para que en el desarrollo de las funciones diarias sean diligentes en la atención a la comunidad, y en la respuesta a los requerimientos para que las tareas se realicen en el tiempo que corresponda.
La autoridad debe entender que la ciudadanía es clave para avanzar en los objetivos que se han propuesto en este periodo de Gobierno, de allí la necesidad de que también inviertan en sectores claves como la cultura y el deporte, para afianzar ese trabajo social tan necesario en estos momentos. El gobernador y el alcalde tienen la palabra.