Por Betty Martínez Fajardo
Un estudio de la Fundación Éxito sobre el poder de la nutrición, revela que el departamento de La Guajira se volvió a rajar en el nivel de bienestar de la población.
En la categoría baja para el año 2021 se encuentran trece de los quince municipios. El municipio de Urumita se encuentra en categoría sobresaliente y Villanueva en media.
Las cifras indican, por ejemplo, que la ciudad de Riohacha sostiene desde el año 2015 al 2019 una calificación de 2, en el 2020 la calificación fue de uno y en el 2021 regresó a dos.
Los municipios de Uribia y Manaure se encuentran desde el 2015 al 2021 con una calificación de 1; Urumita en el año 2021 obtuvo una calificación de 9 en la categoría sobresaliente.
El estudio también indica, que en el año 2022 nacieron 22.139 niños de los cuales 206 sus madres muestran una edad entre 10 a 14 años; 4.404 recién nacidos son de mamás entre 15 a 19 años, y mujeres entre 20 y 24 años parieron 6.435 bebés.
El nivel de escolaridad de esas madres corresponde 147 a preescolar, 5.918 básica primaria, 5.754 básica secundaria y 3.310 media académica.
Como una herramienta para el Estado y para toda la sociedad civil que tenga como finalidad reducir la DNC, la Fundación Éxito construye el ‘Índice de Desnutrición Crónica’ que es un proceso estadístico que analiza diferentes determinantes sociales, para encontrar cuáles municipios están en mejor condición o en mayor riesgo de que su población padezca DNC.
Lo que mide dicho Índice es el nivel de bienestar de la población; y si un niño o niña tiene una madre educada, con acceso a salud, con una vivienda con acceso a agua potable, lo más seguro es que su hijo/a goce de buenas condiciones de bienestar, acceda a sus derechos y a una sana alimentación.
Según el Índice y con datos consolidados del Estado hasta 2021, los departamentos con mejor desempeño y un 10 en la nota, son Antioquia, Valle del Cauca y Bogotá D.C. No obstante, a su interior pueden leerse inequidades, y municipios antioqueños como Dabeiba, Murindó, Mutatá y Urrao, y vallecaucanos como: El Dovio, El Cairo y Trujillo alcanzan a 1 y máximo un 2. Esta herramienta puede ser una hoja de ruta para la construcción actual de los planes de desarrollo mencionados.
Según el Departamento Administrativo Nacional de Estadística, Dane, para 2024 la cantidad de niños, niñas y adolescentes se estima en 13.9416204 a nivel nacional. Y, considerando que la de pobreza monetaria es el valor en dinero que necesita una persona al mes para adquirir una canasta básica de alimentos, servicios y otros bienes mínimos para vivir y que línea de pobreza monetaria extrema es el valor en dinero que necesita una persona mensualmente para adquirir una canasta básica alimentaria que le provea el mínimo requerimiento calórico para subsistir, se podría estar hablando de que cerca de 7 millones de niñas, niños y adolescentes no tienen cómo acceder a sus derechos de manera integral.
De estos 7 millones, 1.3 millones escasamente, logran ingerir el mínimo requerimiento calórico para subsistir.
“Estas cifras, más que números, representan vidas por las cuales, como sociedad civil, familias y Estado, tenemos una inmensa responsabilidad. Alimentar en el presente a la niñez, es entregar al futuro de la sociedad un capital humano fortalecido, emprendedor, saludable, con capacidades para el trabajo y toda la gama de habilidades sociales, emocionales, culturales, listas para ser puestas al servicio del país”, observa, la especialista Pineda.
Las mamás marcan, en gran medida, el bienestar en la vida de los niños y niñas. Una mujer educada tiene más posibilidades de tener un trabajo formal, su nivel adquisitivo le permite comprar más y/o mejores alimentos, tiene la posibilidad de investigar o recurrir a profesionales para tomar decisiones asertivas para la crianza.
“Existen 6 veces más posibilidades de que un niño, hijo de una mujer no educada, sufra desnutrición crónica. La madre es un factor protector para la prevención de la desnutrición Crónica”, afirma Pineda.
Pese a lo anterior y como lo demuestra el Dane, el 66,4% de todos los niños y niñas que nacieron en 2022, tienen como mamá a una mujer cuyo grado máximo de educación es bachillerato. Madres muy jóvenes: en total, casi la mitad de los bebés (44,5%) tiene una madre menor de 25 años.
Para empañar más el panorama, de los 573.625 bebés que nacieron, el 1% tenía como madre a una niña entre los 10 y los 14 años y el 16,3% a una adolescente entre los 15 y 17 años. Es decir que, el 17,3% de todos los bebés que nacen, tiene como madre a una niña, escasamente preparada en recursos económicos, intelectuales y emocionales para asumir la crianza.