Las pesadas imágenes religiosas que cada 2 de febrero, 16 de julio y en Semana Santa, cargan un grupo de hombres representan un acto de fe, y una tradición que se conserva en el tiempo en la ciudad de Riohacha.
El grupo lo conforman alrededor de 20 hombres de más de 40 años, quienes se encuentran en las iglesias para marchar y llevar en sus hombros las imágenes para celebrar las diferentes fiestas religiosas.
Deben llevar el paso de acuerdo con la marcha, ropa cómoda, hacerse acompañar del relevo, mantener el tronco lo más erguido durante el recorrido, y lo más importante, disfrutar plenamente de la actividad.
Para cada uno de ellos las motivaciones son diferentes, desde conservar una tradición que viene de generación en generación, un acto de fe, o el servicio a la iglesia donde se congregan.
El más veterano, Manuel José Redondo Efer, cumplió 53 años cargando las imágenes religiosas, actividad que inició a los 24 por su vocación al cristianismo inculcada por sus padres.
A sus 78 años se siente con fuerza para seguir cumpliendo con esa tradición, pero para esta Semana Santa no pudo cargar ninguna imagen por una hernia que se lo impidió momentáneamente.

“Hoy me sentí triste porque no pude cargar, le digo a los jóvenes que sigan con esta tradición, pendiente de todo el personal de la iglesia, que sigan practicando”, expresó.
Hernando Gómez Ricciulli, fue sacristán, y lleva 18 años participando como cargador en las distintas procesiones, una actividad que disfruta plenamente porque le acrecienta su fe.
“En el encuentro del resucitado tengo aproximadamente seis años de estarlo haciendo en la parte de adelante, porque siempre para aprender venía detrás con muchas personas que nos fueron guiando para llegar a este escenario del encuentro”, expresó.
En el diálogo dejó claro que viene de una familia católica, apostólica y riohachera de la virgen de los Remedios, y reiteró que fue sacristán.
“Para esa época ayudaba a limpiar, vestir y cargar las imágenes de la Catedral y de allí conservo esa tradición como cargador para la octava de la Virgen, Sagrado Corazón, en Semana Santa”, precisó.
El ‘mono’ Ricciulli como cariñosamente lo llaman, también explicó que cumplir con ese oficio es un acto de fe, su hijo mayor ya lo está acompañando en las procesiones esperando que se interese y continúe con la tradición.
“No todas las marchas son iguales, la del resucitado es una marcha más alegre, representa la resurrección del señor, distinta a la del santo entierro”, explicó.
Los cargueros se preparan psicológicamente para llevar en sus hombros las imágenes cuyo peso se reparten entre cuatro, para no sentir tan fuerte el recorrido.
“Hemos pasado pequeños sustos cuando se están acomodando el uno con el otro que de pronto no nos avisan a los que vamos adelante, o cuando se va a cambiar de hombro da la sensación de que la imagen se va a un lado”, recordó.
Para Santino Freile Brito, dedicar parte de su tiempo a cargar las imágenes es un acto de devoción. “Las imágenes son muy pesadas cuando no tenemos el equilibrio, cuando conseguimos el balance por la estatura de los cargadores no se siente el peso”.

Hermes Celedón, cumplió su sueño, desde niño quiso ser cargador, actividad en la que lleva más de cuarenta años. “Prácticamente esa fue mi ilusión, lo llevo en la sangre, seguí la tradición”.
Daniel Briso Rivadeneira, fue acólito de la catedral durante 18 años, y siguió la tradición como cargador, lo que disfruta plenamente en cada una de las procesiones de la Semana Santa.
“Esto es un acto de fe, es muy representativo e importante, todos los años cumplo con esta tradición de la Virgen de los Dolores, me siento orgulloso de ser cargador”, dijo.
En tanto, Fabio Romero Redondo, lleva 38 años cumpliendo con la tradición de cargador. “Me inicié con el tío Luis Eduardo Arredondo, que todos conocían como ‘Báculo’, y cada día queremos que las procesiones sean mejores”.