Bienvenido diciembre, el mes más lindo del año con sus ventoleras de amor, paz y esperanza. Esta es una linda época para reflexionar, recargarse del espíritu navideño y hablar de cosas agradables que no sean de política. Hoy rindo homenaje desde esta columna a la mejor fórmula gastronómica que existe sobre la tierra: Su majestad el ‘suero atollabuey’.
Cuando hablo de este manjar criollo se me agua la boca y vienen a mi mente los mejores recuerdos de mi vida vividos en el pueblo donde me crié: mi querido e inolvidable Puerto Escondido – Córdoba, donde se vive y se come bien.
En la mitología griega, la ambrosía era una ensalada de frutas a base de piña, mandarina, coco, cereza y fresa, endulzada con nata y yogur, considerada como el manjar de los dioses. Que brutos estos dioses, pero los entiendo porque no probaron el ‘suero atollabuey’, si lo hubieran comido lo habrían adoptado como su manjar preferido.
El manjar de nosotros los criollos es una deliciosa crema blanca de leche fabricada artesanalmente por nuestros campesinos de Córdoba, Sucre y Bolívar, que yo considero la mejor fórmula gastronómica creada por el ingenio humano para acompañar cualquier plato, por muy gourmet que éste sea. Para mi gusto ese manjar es el ‘suero atollabuey’ al que considero un ‘bocato di cardinale’, más sabroso, exquisito y sublime al paladar.
El ‘atollabuey’ es lo máximo para acompañar cualquier comida. Yo como buen ‘corronchazo’ que soy no lo cambio por ‘ná’ a la hora de comer, y obviamente no puede faltar en ninguna de mis comidas este elixir de la vida. Imagínense ustedes comerse una viuda de ‘cacne salá’ sin suero y sin yuca; eso es como comerse una macdonald sin coca cola y pasarla con agua.
Dice ‘Poncho’ Zuleta que la música de los Zuleta es como la yuca, no aburre, bueno yo les digo lo mismo con respecto al suero ‘atollabuey’, usted se lo puede comer solo o con lo que le ponga y no se hastía. Suero con ‘tajá’ de plátano maduro, bien rico que es; con ñame criollo, una delicia; en viuda de bocachico con plátano verde y servido en hoja de bijao, es espectacular; o si lo prefiere, con un crujiente chicharrón y yuca mona ‘vickvaporub’.
Y donde me deja un guiso de gallina criolla con arroz ‘subio’ y suero ‘atollabuey’; o ‘atollabuey’ con casabe, o con un bollo poloco de maíz biche. Mejor no sigo y, como usted quiera comerlo, solo o acompañado, el ‘suero atollabuey’ es el rey de reyes en materia culinaria nuestra. Como en las películas del viejo oeste, es el chacho. Una totuma de ‘atollabuey’ es la pareja perfecta para una infidelidad gastronómica entre una viuda de ‘cacné salá’ y la yuca.
La fórmula para este delicioso manjar es sencilla: leche cortada con cuajada. La saben preparar bien nuestros campesinos en sus fincas, y lo envasan en calambucos de calabaza, como debe ser. Yo que fui criado los primeros años de mi vida en una finca y al pie de una vaca, me alimentaba con el mejor y más puro ‘suero atollabuey’, y le doy gracias a Dios que crecí sano, fuerte y caminando ‘rectecito’, no como estos pelaos de ahora que caminan ‘rarongo’ desde niños y eso es porque comen pura salchipapa. . . y mmju, tu sabes.
El nombre ‘atollabuey’ viene porque es tan, pero tan espeso, que por ahí no pasa un buey. Se atolla de lo espeso que es la crema. Usted meta una cuchara en el suero y luego voltéela y vera que el suero no se le caerá, se queda pegado a la cuchara.
Estoy listo para pasar fin de año en mi tierra sabanera y voy preparado para ‘jartar’ buen ‘suero atollabuey’ en la finca de mi compadre Moisés ‘El Mois’ Burgos. Sé que esto me costará subir varios kilos pero qué carajo, una vez al año no hace daño. Es época también para gozar de la comida de la tierra, abrazar la familia, compartir con los amigos, y ya llegará enero para retomar el juicio y la figura.
El mundo no puede privarse de degustar esta delicia criolla. El ‘suero atollabuey’ debe ser nuestro producto estrella de exportación para que todo el mundo lo coma. Aunque hoy lo comercializan industrialmente, nada como el natural y auténtico ‘atollabuey’ salido de las manos de nuestros campesinos, pues este es insuperable en sabor y calidad.
La humanidad está en deuda con el campesino sabanero que inventó esta deliciosa fórmula gastronómica, por eso desde ya y para el próximo año postulo al ‘suero atollabuey’ como candidato al premio Nobel de Química. Feliz Navidad.