El anuncio que hizo el presidente Gustavo Petro para que la Empresa Colombiana de Petróleos, Ecopetrol, se convirtiera en socia de Petróleos de Venezuela, S.A., conocida como Pdvsa, especialmente en la explotación de campos de gas y petróleo en Venezuela, nos condujo automáticamente a la deuda gasífera que tiene el vecino país de la cual varios mandatarios colombianos han olvidado, se han hecho los de la oreja sorda o la deuda fue saldada sin que un sector de los colombianos como yo, se enterara de la operación.
En esta alianza binacional Petro – Maduro para explotar petróleo y gas en Venezuela, nos hizo recordar que el vecino país nos adeuda los millones de pies cúbicos de gas natural que exportamos desde los campos gasíferos de La Guajira hasta la industria y los hogares del Estado Zulia, deuda que sale a relucir muy tímidamente en el inicio de cada gobierno colombiano desde el año 2007, pero a tiempo presente, no sabemos si la deuda fue saldada o en el fondo se viene planeando un cruce de cuenta gasífera.
Si la memoria no me falla, el viernes 12 octubre 2007 los presidentes de Colombia Álvaro Uribe Vélez en compañía del entonces mandatario de Venezuela Hugo Chávez, inauguraron en Ballenas, jurisdicción de Manaure el gasoducto ‘Antonio Ricaurte’, válvula que abrieron los dos mandatarios, trasladando a través de los 225 kilómetros de tubería nuestro gas natural extraído desde las costas de Manaure en La Guajira hasta la costa oriental del Lago de Maracaibo, quedando un gasoducto como fuente de respaldo en la eventualidad que exista en cualquiera de los países una situación de desabastecimiento, infraestructura que nuevamente toma importancia con las conversaciones que han tenido los dos mandatarios en la actualidad.
La propuesta de Gustavo Petro de asociar a Ecopetrol con Pdvsa para importar los hidrocarburos, es una iniciativa donde convergen la necesidad de una de las partes, se presenta el negocio, pero lo empaña la política, mezclas que no son recomendable en un país de polarizaciones, en donde las posiciones y las opiniones de los expertos terminan siendo de izquierda o de derecha.
Hoy cuando el presidente Gustavo Petro tiene a La Guajira en su agenda, cuando existe una deuda gasífera y cuando se anuncia un nuevo negocio con el vecino país, la empresa Ecopetrol debe presentar un cronograma de inversión social que nos permita en La Guajira retribuir los millones de pies cúbicos de gas natural que le despachamos a Venezuela a sabiendas que el vecino país no tiene la intención de pagar ese consumo, y al no pagarlo, seguramente tampoco generará regalías para el Departamento, pero la única forma de saldar esa deuda, es que la estatal Ecopetrol haga acciones e inversiones en infraestructura, agua, energía y alimentación en las comunidades indígenas de La Guajira.