Continúa haciendo carrera la frase ‘Los mismos con las mismas’, expresión que le escuchamos a las personas que presentan incomodidad social después de cada debate electoral y en el momento en que los ganadores disfrutan de las mieles del triunfo y los perdedores se sumergen en el amargo momento de amansar la derrota.
Se trata de una expresión que hace alusión después de cada una de las elecciones territoriales, presagiándole al gobernador o al alcalde un mismo sistema de administración entre el mandatario que va a salir y el que se acaba de elegir.
Al escuchar detenidamente a este tipo de persona, encontramos que las mismas se enfrascan en una posición antagónica desconociendo el poder electoral de votar por quien considere que puede cambiar el sistema de Gobierno departamental o municipal a la cual refutan; son los mismos que nunca comparten cualquier tipo resultado sin ser apolíticos y es allí en donde muchos de ellos no salieron a votar, no proponen ideas y no se postulan para generar el cambio que piden cuando utilizan este tipo de palabras.
Sabemos que quienes tienen en su vocabulario el estribillo ‘Los mismos con las mismas’, son personas que repiten la expresión después de cada debate electoral, en cada administración que llega o en cada decisión de Gobierno que conocen, al final sus comentarios son superfluos porque en medio de su incógnita posición no contaminan y no navegan en el pesimismo, pero más allá de las jitanjáforas, sus expresiones en medio de una conversación no tienen peso político como lo puede tener el optimista o el pesimista.
Recordemos que a los críticos en medio del triunfo y la derrota de los candidatos predominan sus virtudes y defectos, prevaleciendo en ellos su forma personal de aceptar cualquier resultado al momento de finalizar cada debate electoral.
‘Toda persona tiene derecho a la libertad de pensamiento y de expresión’ y bajo este concepto Constitucional, los ciudadanos tenemos derecho a criticar los sistemas de Gobierno, aportar con sus críticas y apoyar aquellos pensamientos que concuerdan con sus principios, ideologías y doctrinas, pero más allá de los conceptos y pensamientos personales, también los críticos están llamados a participar para comenzar a enderezar lo que está torcido.
Es por eso que no compartimos quienes sigilosamente dicen en las reuniones la expresión ‘Los mismos con las mismas’, ya que quienes la aplican no votan por el cambio, pero tampoco son osados para cambiar lo que consideran que está mal.
Con toda la analogía que hemos hecho a este tipo de personas, podemos concluir que quienes articulan y dicen ‘los mismos con las mismas’, no militan en el apoliticismo, poco rayan en el pesimismo y sus comentarios son superfluos, pero hay que escucharlos y explicarles de una forma didáctica las ventajas o desventajas de los nuevos elegidos.