Jairo Aguilar Deluque va a ser el nuevo gobernador de La Guajira; ganará las elecciones de manera amplia y contundente. Una vez gane, el próximo 29 de octubre, le tocará gobernar. Pero, ¿Qué es gobernar?
Gobernar es un arte que admite diversas definiciones, dependiendo desde el punto de vista que se mire, ya sea filosófico, sociológico, ético, político, religioso y con seguridad, otros conceptos; lo cierto es que lleva implícito el concepto de conducir y guiar a los gobernados para conseguir lo mejor para ellos, pues finalmente, el objeto del gobernante es el de saber interpretar los deseos colectivos; pero esto no tendría valor si no va acompañado de lo más importante, como es, orientarlos, de suerte, que se consiga lo mejor para todos los gobernados y todos se sientan satisfechos.
A la comunidad le gusta sentir que al frente de sus destinos, los colectivos y también los individuales, haya alguien que ejerza debidamente el mando, aunque ese ejercicio contravenga, aparentemente, los sentimientos y convicciones, pero que, a la larga, finalmente, convencen.
De acuerdo a la anterior reflexión, vale la pena pasar un vistazo por nuestros municipios y el mismo Departamento, para saber de verdad, cual es la realidad de esta premisa; vivimos en un departamento lleno de conflictos últimamente, de tipo político, pero también de tipo cultural, somos una de las regiones del país con más expresión multicultural; aquí vivimos los wayuú, los nativos de la Sierra Nevada, los árabes, los del Sinú, los cachacos, los paisas y los alijunas, que somos los mestizos oriundos de La Guajira.
Todos hemos sufrido los rigores de la violencia, propiciada por el conflicto armado, por el accionar de organizaciones armadas al margen de la ley o bacrim, en un marco de conflictos intrafamiliares y un alto grado de intolerancia. Con la llegada de la gobernadora encargada, Diala Wilches Cortina, se ha logrado recuperar la confianza y la credibilidad ante el Gobierno nacional y la opinión pública nacional.
Allí es donde debe aparecer el espíritu de gobernar, para lo que es indispensable, contar con experiencia y tener condiciones de líder. Veamos entonces qué tanto se ha cumplido con ese precepto, teniendo en cuenta que cuando fueron elegidos nuestros gobernantes, sabían que enfrentarían localidades llenas de problemas heredados de muchos años, pero que ellos se ofrecieron para solucionar.
Entonces, ya con el sol a las espaldas, los actuales mandatarios, ¿Cuáles han sido las soluciones en cuanto a los servicios públicos? En todos los municipios guajiros tenemos dificultades con el suministro de agua apta para el consumo humano, el servicio de alcantarillado es deficiente, el aseo es de lo más malito que tenemos y de la energía ni se diga. Estos servicios se encuentran concesionados a empresas privadas, que, además de operadores, se convirtieron en contratistas de obras, dizque para optimizar los servicios, con el agravante de que ellos mismos son los interventores y no ha pasado nada, todos los días estamos peor y las administraciones poco o nada han hecho para solucionar tremendo problema, con excepción de muy pocas alcaldías que se salvan de este accionar.
La anarquía en los municipios desespera a la gente, frente a esta exigencia ciudadana. ¿Cuáles han sido las soluciones? Hoy tenemos ciudades como Riohacha y Maicao, invadidas en su espacio público, el comercio informal y el legal se tomaron los andenes por donde, se supone, deben transitar los peatones, el tráfico vehicular es un caos, la accidentalidad se disparó en los últimos dos años, las estadísticas de muertes fatales y el alto número de heridos es aterrador, los altos costos de la gasolina han encarecido el transporte y han aumentado el costo de vida y por fin, la vía La Florida-Cuestecita está casi terminada y fue gracias a la determinación del exgobernador Nemesio Roys Garzón. No contamos con las mejores vías, pero en algo se ha avanzado.