El adagio popular con el que le doy título esta entrega es tal vez uno de los más conocidosy empleados en el mundo, quizás por tener un significado muy fácil de entender.
Cuenta la historia que en el siglo IV antes de Cristo, el pintor griego Apeles dibujó un retrato y lo exhibió en la plaza pública, y un zapatero pasó por allí y le hizo reparos a los zapatos de la obra, el artista juicioso tomó su lienzo, corrigió los errores y volvió a poner la obra en la plaza, el zapatero regresó a la plaza y ahora envalentonado, creyéndose con autoridad, siguió criticando otros aspectos de la misma, hasta que le sacó la paciencia al pintor y este le lanzó la célebre frase que daría origen a este refrán: “Zapatero, no juzgues más allá de tus zapatos”.
Apeles le dejó bien claro al zapatero que él debería ocuparse de los asuntos sobre los que tiene conocimiento y experticia, es decir de su profesión u oficio y no meterse en cosas que no entiende.
Todo esto para hacer un llamado de atención a nuestros artistas vallenatos que deciden involucrarse muchas veces en actividades que no conocen, ni dominan y eso puede afectar de manera significativa su profesión, ejemplo claro de ello es el caso de algunos músicos que por la propensión al dinero fácil se involucran en actividades delictivas y más concretamente en el narcotráfico.
Esta semana se ha propagado la triste y penosa noticia de que el cantante Enaldo Barrera, más conocido como ‘Diomedito’, fue capturado por segunda oportunidad, involucrado en actividades de narcotráfico, después de haber pagado más de 10 años de cárcel en los Estados Unidos.
Debo manifestar que conocí a Barrera hace casi 40 años en Bogotá y de entrada me pareció un excelente cantante, al cual siempre le auguré éxitos en esa profesión. Por haber sido mi amigo y compañero de lucha como cantante de tabernas en la capital, cada vez que escuchaba uno de sus éxitos y clásicos afirmaba con orgullo, ese que canta ahí es mi amigo ‘Diomedito’.
Enaldo Barrera regresó a Colombia y volvió a su profesión de cantante y no le iba nada mal, sabemos que no le faltaba el trabajo en presentaciones en vivo, incluso había regresado a las grabaciones al lado de su hijo, un excelente acordeonero, que también lleva su nombre, luego uno se pregunta: ¿Qué necesidad tenía de meterse en otros menesteres?
También por estas épocas de comunicaciones en redes sociales leo, veo y escucho a varios artistas vallenatos tratando de aparecer como analistas y activistas políticos en contra del gobierno de turno y me pregunto también: ¿No será mejor que se dediquen a lo que saben hacer?
Colofón: A Silvestre Dangond Corrales, sí definitivamente no se le puede aplicar a raja tabla el adagio del título, este señor es exitoso donde lo pongan, cuando se le ha dado por ser actor, lo ha hecho con lujo de detalles, también me cuentan que le ha ido muy bien como empresario. El fin de semana anterior quise probar la sazón de su nuevo restaurante, ‘El Rubí’, ubicado en el Centro Comercial Unicentro de Valledupar y a las ocho de la noche no le cabía un alma más al exitoso establecimiento de comercio. Ya hay quienes le dicen a Silvestre ‘El Rey Midas’.