Odebrecht es una empresa multinacional brasileña fundada en 1944. Es uno de los conglomerados más grandes de América Latina, con presencia en diversos sectores como la construcción, la petroquímica, la energía, la defensa y la tecnología. Es reconocida por sus grandes proyectos de infraestructura en todo el mundo, incluyendo la construcción de represas, carreteras, aeropuertos, estadios y sistemas de transporte público. Pero, se presentó que desde esta empresa se llevó a cabo un entramado de corrupción que ha sacudido a América Latina y expuesto la necesidad de reformas institucionales profundas en varios países.
Para empezar, considero que es fundamental reconocer la magnitud de la red de sobornos que esta empresa tejió a lo largo de la región. Pero es evidente que países como Brasil, Perú y Ecuador han enfrentado las consecuencias de este escándalo de corrupción con investigaciones serias y resultados visibles.
Sin embargo, en contraste con los avances en estos países latinoamericanos, desde mi punto de vista, Colombia presenta un panorama preocupante. A pesar de las evidencias que involucran a funcionarios de alto nivel y políticos en el escándalo, las investigaciones parecen haberse estancado y los resultados han sido casi nulos.
Por supuesto, cabe preguntarse ¿por qué en Colombia no ha pasado absolutamente nada en relación a este caso? En primer lugar, creo que la debilidad institucional y la falta de voluntad política son factores determinantes en esta situación. A mi parecer, el sistema judicial colombiano no ha sido lo suficientemente eficiente ni efectivo en la lucha contra la corrupción. Además, desde mi perspectiva, la polarización política en el país también ha obstaculizado el avance en las investigaciones, ya que ciertos sectores pueden estar interesados en proteger a sus aliados o a ellos mismos.
Mientras tanto, primero, en Brasil, se llevó a cabo la operación anticorrupción más grande en la historia del país y ha llevado a la condena de numerosos políticos, empresarios y altos funcionarios públicos. Entre los salpicados se encuentran Luiz Inácio Lula da Silva, el exministro de Hacienda Antonio Palocci y el expresidente de la Cámara de Diputados, Eduardo Cunha. Además, Marcelo Odebrecht, el exdirector general de la empresa, fue condenado a más de 19 años de prisión por corrupción y lavado de dinero.
Segundo, en Perú, la investigación ha sido igualmente exhaustiva y ha involucrado a cuatro expresidentes. Alejandro Toledo, Ollanta Humala, Pedro Pablo Kuczynski y Alan García han sido investigados por presuntos sobornos o enriquecimiento ilícito vinculados a Odebrecht. Alan García se suicidó en 2019 antes de ser arrestado, mientras que los otros tres expresidentes han enfrentado procesos judiciales en diferentes etapas.
Tercero, en Ecuador, el entonces vicepresidente de la República, Jorge Glas, fue arrestado en octubre de 2017 por su presunta vinculación con el caso. En diciembre de 2017, fue condenado a seis años de prisión por asociación ilícita en relación con el escándalo de corrupción. Adicionalmente, en 2018, el expresidente Rafael Correa, fue vinculado a la investigación del caso. Aunque no ha sido condenado por su presunta participación en el escándalo, Correa enfrenta otros cargos en Ecuador por corrupción y secuestro.
Por último, en Colombia, la investigación del escándalo ha sido objeto de críticas debido a la lentitud y falta de resultados contundentes en comparación con otros países afectados. Aunque se han llevado a cabo investigaciones y algunos involucrados han enfrentado cargos, la percepción general es que la justicia ha sido insuficiente.
Para concluir, aunque la situación actual en nuestro país, en relación al escándalo Odebrecht y la corrupción en general es preocupante. A mi juicio, es responsabilidad tanto de las autoridades como de nosotros: la sociedad colombiana trabaja conjuntamente para poner fin a la corrupción y construir un país más justo y transparente. No obstante, en Colombia donde estuvieron haciendo grandes obras la situación sigue siendo alarmantemente diferente, con poca acción tangible tomada para abordar el problema. Por todo lo anterior, acá, el caso Odebrecht y muchos de corrupcion se volvieron paisaje.