Colombia tiene muchos compromisos internacionales, deberes y responsabilidades con nuestra aldea global y muchos de ellos incumplidos, como este de proteger nuestras riquezas culturales y preservar el patrimonio cultural inmaterial que tenemos.
Un grupo de quijotes de nuestra región Caribe hace ya unos años se atrevieron a gestionar en lo nacional y luego en lo internacional, planes de salvaguardia para la agonizante música que se le llamó “La música vallenata tradicional del Caribe Colombiano”.
No solo lograron llamar la atención de nuestras autoridades nacionales, sino que obtuvieron los actos administrativos correspondientes para trazar una hoja de ruta en búsqueda de proteger y preservar esa manifestación cultural, logrando incluirla en la lista representativa de patrimonio cultural, inmaterial de la nación y luego obteniendo algo similar, pero con mayor trascendencia, ante la Organización de las Naciones Unidas para la Cultura, las Ciencias y la Educación, Unesco.
Pero como dice el aforismo local, solemos matar el tigre y luego asustarnos con el cuero, cuando logramos ingresar a las listas nacionales e internacionales, nuestras autoridades, tanto nacionales como locales miran para otro lado, bien porque desean que la cultura continúe siendo la cenicienta o porque sencillamente consideran que no hay nada que proteger.
Bogotá, la ciudad de todos, la llamada Atenas Suramericana, con una población de más de medio millón de habitantes nacidos en el Caribe colombiano decidió hace ya 30 años impulsar, promover y difundir el rock, luego otros géneros musicales como la salsa, el jazz, el hip hop y demás, con eventos masivos en los que una ciudad y una nación multicultural y pluriétnica les rinden homenaje a sus manifestaciones culturales y al gusto de sus habitantes.
Los costeños residentes en Bogotá llevamos muchos años intentando ante las autoridades distritales que la música vallenata tenga representatividad en estos eventos al parque, lo cual ha sido infructuoso y no nos explicamos la razón, sin embargo, por estos días cursa en el Concejo Distrital un proyecto de acuerdo presentado por el concejal del partido verde Julián Espinosa, que valga decirlo, no es de la bancada del Caribe, según el cual se crea e institucionaliza el evento “Vallenato al Parque”.
Proyectos en ese sentido ya han sido presentado en anteriores oportunidades sin que hayan llegado a convertirse en acuerdo, sin embargo, tengo muchas ilusiones y esperanzas en esta ocasión, teniendo en cuenta que el concejal autor del proyecto es reconocido en la ciudad como hombre serio, juicioso y persistente, lo cual es prenda de garantía para que pronto podamos disfrutar en Bogotá de Vallenato al Parque.
En días pasados se realizó en el Concejo de Bogotá una audiencia pública para socializar el proyecto de acuerdo y los reyes vallenatos bogotanos como Beto Jamaica en el acordeón y Germán Villa en canción inédita, estuvieron apoyando la iniciativa, seguramente nuestros concejales amigos que quieren tanto esta música, van a unirse y a sacar adelante este proyecto al que le auguramos buen viento y buena mar.
Colofón: A quienes vienen a Valledupar en la cita obligada cada año para amantes de la música más hermosa de Colombia, les tengo el plan perfecto: El Camino de Luis Enrique, que es un recorrido por Patillal, el Rio Badillo, San Juan del Cesar y el Hatico de Fonseca, lugar donde nació y se encuentra el mausoleo del maestro Luis Enrique Martínez, el reconocido por muchos como el más importante acordeonero vallenato de la historia. Para reservar su cupo llame al 3183271133 o escriba al correo corazonkaribe@gmail.com