A propósito de la discusión para aprobar la Ley del Plan Nacional de Desarrollo –PND– ‘Colombia, Potencia Mundial de la Vida’ 2023-2027 por el Congreso de la República, el actual director del Departamento Nacional de Planeación publicó un artículo (https: //www.larepublica.co/analisis/jorge-ivan-gonzalez-506394/ imposibilidad-de-la-planeacion-3536473) el 3 de febrero pasado afirmando que la institucionalidad y normatividad imposibilitan la planeación en Colombia, aún después que se aprobó una reforma tributaria, el presupuesto general de la Nación 2023, el bianual de regalías, se realizaron los 51 Diálogos Regionales Vinculante y 31 Audiencia Pública para el Plan Plurianual de Inversiones con el propósito de legitimar las bases del PND para el cambio prometido por el Programa de Gobierno 2022-2026 del Pacto Histórico.
Señala cinco obstáculos que impiden que en el país exista planificación: El primero tiene su origen en la desconfianza en el ámbito internacional con la planeación; el segundo, y referido al caso colombiano, son los porcentajes fijos amarrados a normas constitucionales; el tercero es la programación sectorial; el cuarto es la distribución territorial del presupuesto y el quinto es la desconfianza en las categorías universales. Puede parecer paradójico que el profesor Jorge Iván González afirme la imposibilidad de planear si él es el director del DNP. Se le abona su integridad, coherencia y capacidad de autocrítica, pero le da argumentos en su contra a quienes están en la oposición del Gobierno nacional. Reiterando éstos el socorrido prejuicio que los intelectuales académicos no saben administrar la República. En los cinco obstáculos técnicos identificados por el jefe de la autoridad nacional de Planeación están sugeridas las alternativas para trascender esos impedimentos que hacen inviable la concreción de escenarios de futuro a partir de las soluciones estratégicas de los problemas más sentidos por las comunidades en sus territorios.
En consecuencia, devolverle la confianza a la eficacia de la planeación y sus categorías universales; flexibilizar las destinaciones específicas en las inversiones, superar la sectorialización y territorialización de los presupuestos pasan necesariamente por las transformaciones de lo que equívocamente se denominan “prácticas políticas” normatizadas e institucionalizadas. Hay que romper con la cooptación de la estéril planeación técnica por la gestión de la politiquería clientelista del menudeo de “proyectos fallidos” y de ‘elefantes blancos’, estableciendo una relación horizontal de ida y vuelta tecnopolítica y politécnica.
Es imprescindible ir más allá de convertir los planes en formales ‘hojas de ruta’ para guardar las apariencias de racionalización de la inversión pública, cuando en la práctica es el pretexto de los que tienen el poder político para gestionar por la derecha las viabilidades técnicas, la asignación de los presupuestos, las contrataciones, las interventorías, los anticipos y los suministros para ejecutar los proyectos.
A pesar del escepticismo del docente González de planear en Colombia, su apuesta con el proyecto ley “Por el medio del cual se expide el PND 2022- 2026”, está estructurado a partir de cinco ejes transformadores con sus respectivos catalizadores que se concretan en programas estratégicos estructurales de cambios regionales y no departamentales o municipales, y en lo posible, suprasectoriales, intentando que las acciones estén proyectadas para el largo y no el corto plazo, así no se haya podido evitar la 31 departamentalización presupuestal a través de las audiencias públicas.
En donde se puede verificar con mayor fuerza la hipótesis positiva del profesor director del DNP, en el sentido de que a pesar de todos los obstáculos hay espacio para planear en Colombia, es en la parte del proyecto de ley de la referencia en los artículos 7 al 300 (Mecanismo idóneos de ejecución del Plan).
Allí están las propuestas de reorganización institucional con facultades al presidente Petro, las modificaciones, adiciones y derogaciones de artículos de leyes sectoriales aprovechando la condición especial de la Ley del PND. Solo hasta el 6 mayo, cuando se apruebe la Ley del PND, sabremos si el columnista de la República, Jorge Iván González, tiene o no la razón. En el entretanto, hagámosle seguimiento al pulso entre la Presidencia, el Ministerio de Hacienda y Planeación Nacional y los congresistas para neutralizar (senadores, senadoras y representantes a la Cámara) los cambios prometidos en el Programa de Gobierno ‘Colombia, Potencia Mundial de la Vida.