Disfrutando las delicias de la miel de abeja, de potrosos y paracos, rodeado de crías de chivos, gallinas y cerdos, en esa hermosa tierra de gente aplicada, diligente y buena: La Junta, La Guajira, en ese entorno transcurrió su infancia, y juventud.
Su madre y su padre vivían en esta hermosa tierra, pero decidieron que el parto se realizara en una clínica de alto nivel y la más cercana estaba ubicada en Valledupar, Cesar, inmediatamente se recuperó retornó a ese terruño hermoso, para continuar deleitándose, en este pesebre natural.
Es fruto del hogar conformado por Rafael Gregorio Díaz Maestre, conocido popularmente como ‘Rafita’, hermano de Diomedes y Santa Cristina Martínez Hinojosa, una mujer cristiana y muy emprendedora. Llegó al mundo el 15 de agosto del año 1986; tiene cuatro hermanos de padre y madre, sus nombres son: Luis Ángel, Marianela, Rafael y Elvira. Por parte de padre la lista es larga, nos dice que se cuentan con los dedos de las dos manos y quizás no alcanzan, afirma ‘Rica’, soltando una carcajada.
Su niñez y adolescencia la compartió entre Carrizal, la tierra de sus abuelos paternos, La Junta con la familia de su madre y Valledupar, recuerda sus travesuras en estos idílicos y maravillosos lugares, volando cometas, bailando trompos, jugando con carritos de madera y cardón. Le gustaba mucho jugar con las llantas de los carros, con su abuelo Santo y sus tíos asistía a la finca y potreros a llevar y traer las vacas, montaba burros, yeguas y caballos, fueron años de dicha de plenitud, de gozo y bienaventuranzas.
Su primaria la desarrolló en la escuela rural de varones de La Junta; para iniciar su bachillerato se trasladó junto a sus padres a Valledupar. Fueron años de mucho esfuerzo, le tocó trabajar a temprana edad, para ayudar en los gastos de la casa, por eso su secundaria la hizo en la jornada nocturna, su diploma de Bachiller lo obtiene del Colegio Loperena sede La Nevada de Valledupar.
Realizó varios cursos en el Servicio Nacional de Aprendizaje (Sena), y se preparó para defenderse en la vida, pero en verdad su pasión es la música, y sueña convertirse algún día en un gran artista del folclor vallenato. Se inició con su tío Elver y la agrupación: ‘La Familia de Diomedes’, su inclinación por la música, comenzó desde los tres años, sintió esa vocación a muy temprana edad, cuando llevaba el ganado al potrero lo hacía cantando, si llovía gritaba más fuerte, confundía las gotas de lluvia con la gente, eran como aplausos, esos momentos los recuerda como de magia, de fiesta y de mucha alegría.
Su esposa lleva por nombre Cecilia Coronado Muñoz, y con ella tiene un hijo: Ricardo de Jesús, fuera del matrimonio tiene una niña llamada: Maríangel, vive en Barranquilla.
Anécdota del ‘Vallero’ Díaz
Se encontraba reunido con una novia y varios amigos en su terruño querido, La Junta, un 31 de diciembre, chistes iban y venían, no sabe por qué llegaron al tema de los lugares de origen de cada uno, ‘los gentilicios’, y estaban allí, amistades de Barranquilla, de Santa Marta, de San Juan, de Riohacha, etc., cada uno defendía su patria chica, a Valledupar no lo mencionaba nadie y le preguntan en forma jocosa: Rica tú eres carrizalero o juntero, y como quiere tanto a Valledupar, decidió responder, vea yo, soy es vallero, yo soy del Valle, pa´que sepa usted, todos soltaron la risa, y desde ese momento cambió de nombre, ya nadie le dice Ricardo, sino el ‘vallero Díaz. A la gente le ha gustado esa denominación y este se ha convertido en su nombre artístico, y es que tiene pega pega.
El tema llegó donde su tío Diomedes, le contaron que en La Junta había un muchacho que le dicen ‘El Vallero’, y le da rabia, es sobrino suyo Cacique, en unas vacaciones se vino para Valledupar, pasaba mucho tiempo con Rafael Santos y demás primos. Diomedes pidió que le trajeran al muchacho para conversar con él, sobre el asunto del vallero, y le dice: muy bueno yo que vivo defendiendo a La Junta y cantándole, y este sinvergüenza negándola, ta´ buena la cosa, oiga vallero venga para acá, todo terminó en risas y sus asesores le recomendaron que conservara ese remoquete, que era algo diferente, a decir vallenato o valduparense, y se establecía algo novedoso, cada vez que va a iniciar una presentación, la agrupación hace una antesala, y los coristas gritan y cantan emocionados: “Viene el vallero, viene el vallero”. Y la gente corea y repite, el pegajoso coro.
Herencia musical
Su actual acordeonero se llama Ricardo Socarrás Vega, de ancestros también de La Junta, primo hermano del Rey de Reyes de la Piqueria, José Félix Ariza Vega.
Al ‘Vallero’ le encanta la música de Diomedes Díaz, su tío del alma, también la de ‘Poncho’ Zuleta, Jorge Oñate y Rafael Orozco, reconoce que esos eran y son todavía, los verdaderos juglares y representantes del vallenato grueso e inconfundible, los escucha constantemente y de ellos aprendió y aprende todos los días.
Le guarda un gran respeto y cariño a la vieja Elvira, su abuela paterna, la considera como otra mamá, cuando la visita se alegran ambos y reina la felicidad y la contentura.
La primera vez que lo llamó Omar Geles, no lo podía creer, pensó que le estaban tomando el pelo, y al hablar y convencerse, brincó emocionado: oiga maestro cómo le va, no artista véngase, para mis estudios por la cuarta que deseo charlar con usted le dijo Geles Suárez. En ese momento comenzó una gran y verdadera amistad entre los dos, dice que el respaldo y apoyo de Omar es sumamente importante para su carrera musical, espera no defraudarlo nunca.
De su padre, el gran Rafita Díaz, dice que se quieren mucho, parecen dos hermanitos, se visitan frecuentemente. Su agrupación junto con él reside en Valledupar, Cesar, y está disponible para amenizar parrandas, cumpleaños, o cualquier evento en cualquier lugar donde lo soliciten.