Importantes conclusiones arrojó el primer foro Guajira Vive ‘Prospectiva para el Desarrollo Sostenible’, organizado por el Centro de Pensamiento Unidos por La Guajira, en donde quedó claro que son muchos los factores que inciden para que gran parte de su población no goce de una mejor calidad de vida.
El desarrollo económico, social y cultural de La Guajira se encuentra determinado por múltiples factores y obstáculos por superar de manera colectiva, se indica en la relatoría del evento. Por ejemplo, el expresidente del Senado de la República, Amylkar Acosta Medina, destaca que la baja presencia estatal y la inestabilidad política han venido incidiendo de forma negativa en el desempeño de los gobiernos territoriales.
Además, que los altos niveles de pobreza e inequidad se hacen cada vez más dramáticos, afectando los niveles de competitividad y transparencia en el ejercicio de los gobiernos. Ello está relacionado con la percepción de los bajos niveles de confianza que tienen los gobernantes y en sus resultados a partir de la ejecución de los programas e inversiones diseñadas.
En ese sentido, llama la atención que contando con recursos disponibles, aunque escasos como las regalías, no es comprensible que en el segundo departamento con mayores necesidades básicas insatisfechas y altos niveles de pobreza del país, se desaprovechen.
Las opiniones
Fabio Valencia Cossio comparte su mirada de La Guajira desde la frontera, que la caracteriza como una zona históricamente rezagada, con desventajas comparativas, concentrando altos niveles de pobreza, migración, inseguridad y desplazamiento forzado.
Precisa que el Gobierno nacional no evidencia una política de desarrollo a largo plazo con una visión integral para La Guajira. Se observan documentos de política económica y social Conpes que corresponden a problemas coyunturales o decisiones judiciales (3833 de 2017 y el 3944 de 2018).
En este orden de ideas, señala que es necesario establecer las condiciones necesarias para implementar una visión de desarrollo para La Guajira que mejore la competitividad y productividad.
En tanto, el representante Alfredo Deluque señala que sus gestiones parlamentarias han estado enfocadas hacia el desarrollo sostenible y alineado con la agenda adoptada en el seno de las Naciones Unidas, en especial en los ODS 9, 10, 11, 13, 14, 15 y 17, a partir de cuatro ejes de gestión nacional:
● Proyectos de desarrollo productivo y soluciones integrales.
● Desarrollo vial y de infraestructura.
● Turismo y cultura como motor económico y de Desarrollo en La Guajira.
Del carbón a la energía eólica
Adicionalmente, plantea que en esta fase le dará importancia a las alianzas para lograr el desarrollo sostenible. Destaca el papel que juega cada ciudadano y concluye que existe una responsabilidad compartida para lograr un futuro para el Departamento, el cual está en potenciar los bienes con que se cuenta, sin tener que comprometer el goce de estos para las generaciones futuras, o sea en la sostenibilidad.
Energías renovables
La exposición del profesor Francisco J. Mojica, partiendo de una imagen actual, explora el futuro de La Guajira al año 2050.
Por ello, afirma que la economía y la sociedad de La Guajira no pueden seguir viviendo de quemar gas y carbón, que no se puede seguir haciendo más de lo mismo y llama a la innovación; además que existen obstáculos por superar en la base económica, infraestructura e institucionalidad, y que para cambiar se debe leer el futuro en sus diversas tendencias y en globalidad.
Puntualizó que el futuro de La Guajira está en las energías renovables, ya que se cuentan con las condiciones perfectas. A partir de allí es necesario construir una nueva realidad resaltando que el futuro no hay que esperarlo, sino que se construye en el día a día.
“Nueva realidad que hay que construir como pueblo con cuatro actores fundamentales: el Estado, los medios de producción (sector privado), la academia y la sociedad civil”, dijo.
Papel de la mujer
Idayris Yolima Carrillo Pérez, exmagistrada del Consejo Nacional Electoral, plantea que se debe avanzar y transformar la sociedad. Para ello, es necesario la ampliación de la democracia y los procesos de inclusión en la organización del poder político, lo que asimila con un mayor grado de participación social y política, aprovechando los espacios existentes como la circunscripción electoral especial para indígenas y afrodescendientes, que en su consideración, debe tener una extensión en lo local.
Lo anterior se traduce en la posibilidad de elegir candidatos por esos grupos étnicos en las circunscripciones de Asambleas y Concejos municipales. Su exposición esboza que la calidad de la democracia es la base sustantiva del desarrollo de la sociedad e institucionalidad en La Guajira.
En la construcción de esa sociedad deseada, la mujer debe tener un rol preponderante, así lo reafirma Claudia Patricia Da Cunha, quien acude a las bases conceptuales de lo que llama la ‘economía de las abejas’.
Expertos apicultores afirman que la abeja reina es la que crea la colmena, busca a sus residentes y los cuida. Además, es la responsable de mantener la unidad de la colmena y lo hace a través del olor. La abeja reina libera unas feromonas que le dan el olor a la ‘casa’ y es la que va a identificar esa colmena de las demás. Esta laboriosa abeja es la que distribuye las cargas, responsabilidades y la que designa a los centinelas para que velen por las demás.
A partir de ese ejemplo, plantea que las mujeres están llamadas a ser como las abejas, damas integrales, líderes comprometidas con el progreso y el cambio.
En ese proceso de cambio social planificado, el economista Amylkar Acosta, así como Fabio Valencia Cossio señalan factores incidentes en la construcción de futuro.
El primero, insiste en la necesidad de transformar la institucionalidad y avanzar en esfuerzos fiscales, que incluyen la reforma al Sistema General de Regalías, que impactó negativamente a regiones productoras como La Guajira. El segundo, proyecta que un proceso de cambio debe tener como bases identificar a La Guajira como un departamento especial y de frontera, más allá del límite geográfico.
En un mundo globalizado, se exige una mirada integral con enfoque multidimensional que permita comprender la diversidad y variedad de las zonas de frontera, en donde La Guajira sea vista como una oportunidad y no como un obstáculo, aprovechando las zonas de integración fronteriza, en especial el modelo de la Comunidad Andina de Naciones, en donde se puntualizan políticas y planes a ejecutar según las características específicas de cada una de ellas.
Es decir, avanzar dinamizando la capacidad productiva y comercial y la riqueza cultural de la población, sin perder de vista las capacidades de generación de ciudades como polos de desarrollo.
Todo esto lleva a concluir que el futuro se construye desde el hoy, con más democracia y teniendo como centro de la gestión del desarrollo a la mujer.