Un partido de fútbol que estaba a punto de comenzar en Bolivia se vio interrumpido por la aparición de un tornado, mientras los equipos formaban en el campo de juego.
El vórtice de viento se posó sobre la cancha y avanzó rápidamente hacia donde estaban los jugadores, quienes al ver la gigantesca columna de polvo corrieron despavoridos del lugar. Sin embargo, el árbitro no corrió lo suficientemente rápido y fue engullido por el remolino.
La escena fue grabada por un locutor que en esos momentos se preparaba para relatar el partido, pero terminó narrando el paso del tornado, principal figura de la cancha.