Martha Peralta Epieyú es una mujer wayuú que a pesar de disfrutar de las comodidades que le brinda la ciudad, no olvida su origen, esa que representa el territorio, y en donde creció dando valor a sus tradiciones.
Ese fue uno de los muchos motivos, para honrar a su cultura y por ello cuando Manuel Julián Molina Pérez le pidió que fuera su esposa, no dudó en decirle que sí, pero le pidió que fuera a través del ritual wayuú.
Familiares, amigos e invitados especiales llegaron a la ranchería Uriptoure, en el corregimiento de Monguí, para participar de una hermosa ceremonia wayuú, revestida de color y del atuendo típico que denota la elegancia, así lo demostró la novia en cada paso de la preparación para unir su vida a quien había escogido.
Fue el día de la ancestralidad como parte de la cotidianidad, encuentros y transformaciones de la vida de los eiruuku (grupos familiares) wayuú, como acontecimiento que marca el rito ancestral en el que las familias pactan la unión de la pareja que conformarán un nuevo hogar wayuú.
“El territorio fue preparado por el putchipuu o palabrero, para celebrar el rito que se mantiene en los recónditos territorios ancestrales en una sociedad matrilineal marcada por el diálogo entre los mayores, abuelos y tíos maternos que representan a las mujeres de la ranchería Uriptoure”, explicó Indira Atencio, docente y asesora de la organización Wayuú Painwashi.
El encuentro congregó a familiares y allegados para el gran momento donde la madre, tías, abuelas prepararon a Martha, quien se comprometió en unión con Manuel Julián Molina Pérez, para compartir la vida, propósitos sueños y esperanzas, correspondida plenamente y desde la formalidad que exige el origen wayuú de la novia.
La líder social wayuú, Indira Patricia Atencio, explicó que el acto representa la revitalización del rito ancestral wayuú, cuya intimidad y espiritualidad sella el curso del gran acontecimiento, por tanto, es un proceso muy cuidadoso paso a paso.
Agregó que en este caso fueron testigos ambas familias, quienes se convierten en las cuidadoras de esa unión en adelante, pero también las comunidades indígenas más cercanas que rindieron honras con su presencia para observar a su princesa wayuú más reconocida hoy en el ámbito político nacional.
Es importante reseñar que en el corregimiento de Monguí, donde se celebró el ritual, todos sabían del gran acontecimiento. Niños y niñas manejaban los datos de la boda, hasta el nombre, profesión y origen del novio, la comunidad y eirruku del putchipuu, muchos apoyaron como guía, como le ocurrió en la llegada de la también wayuú y excandidata a la Alcaldía de Albania, Nera Robles, camino a la boda, su guía resultó ser un niño wayuú de la zona, quien en idioma wayuúnaiki, entregó emocionado todos los detalles que conocía del rito.
La líder social wayuú Indira Patricia Atencio, manifestó que Marta Peralta Epieyú “representa hoy para los pueblos indígenas de Colombia un claro ejemplo de vigor, tenacidad a la hora de tomar decisiones y sentar posición, considerada también una de las máximas figuras con carácter para la generación de acuerdos políticos del movimiento indígena, en un contexto donde ser mujer y líder política representa además de la sumatoria de muchas fuerzas un elemento de mucha trascendencia como es la actitud que la caracteriza, el semblante tranquilo, calmado y reflexivo para acercarse a las agremiaciones, comunidades y masas, escuchar y entender antes de decidir la propuesta de país pensada desde la Colombia profunda y convocada desde sectores sociales, étnicos y alternativos.
A la cita llegaron invitados especiales como el alcalde de Riohacha José Ramiro Bermúdez, su esposa la gestora social, Belinés Fuentes; el diputado Eriberto Ibarra Campo, como también diputados y concejales electos del Partido Mais, quienes presenciaron un acto con la emoción de quien descubre esa fuerte dosis de formalidad que envuelve la relación entre hombres y mujeres wayuú.