“Parece que ya se están perdiendo las cosas puras de este folclor; porque se le han ido introduciendo temas que no son de la región”.
Preliminarmente hemos transcrito la parte correspondiente de la canción ‘Grandes valores’ de la inspiración de Juvenal Daza Bermúdez, que en 1979 Pedro García y sus Cañaguateros, incluyeron en el corte 3 del lado B del LP así titulado en el año 1979 en el cual premonitoriamente predijo lo que está pasando ahora en la música vallenata que a cualquier estropicio que piten con acordeón se dice que es vallenato.
En el programa ‘La Polémica vallenata’ de Cardenal Stéreo hace más de tres años llamamos la atención de los líderes de las agrupaciones de música vallenata, los medios y empresarios del espectáculo y los manager de ellos sobre su silencio, largo y preocupante mientras que regentados por la Secretaría de Cultura del Distrito de Bogotá se estaban realizando en la capital del país los festivales Rock al Parque, Música Popular al Parque, Salsa al Parque, Hip Hop al Parque y cuanta vaina al parque y el vallenato permanecía silenciado y aparentemente conforme con su suerte.
Gracias a Dios que no éramos los únicos preocupados por el tema porque en buena hora ante el Concejo de Bogotá el concejal Julián Espinosa radicó en el mes de marzo de 2023 el proyecto de acuerdo para hacer posible la creación e institucionalización del ‘Festival Vallenato al Parque’ para exaltar el folclor vallenato y reconocer la cultura de más de 500.000 habitantes de Bogotá, provenientes de la región Caribe, con el apoyo en la formulación del proyecto de la Corporación Caribe, el autor del proyecto dijo entonces que uno de los principales propósitos para sacar adelante la iniciativa, además se buscaba con la iniciativa la recreación de los bogotanos.
Evidentemente gracias Dios lo que para nosotros era un anhelo ya es primacía de la realidad porque el Concejo de Bogotá aprobó el proyecto y ya se realizó el primer Festival Vallenato al Parque con un éxito inocultable, y con ese certamen el vallenato volvió a pisar duro en la capital de los colombianos, igual el evento realizado durante los días el sábado 3 de agosto en el Teatro al Aire Libre La Media Torta y el domingo 4 de agosto en el Parque Metropolitano Simón Bolívar, movió la economía en la capital del país, ayudó a fortalecer el desarrollo social y cultural, generó empleos, aumentó las ventas y promovió el turismo además impacta positivamente el circulante de la capital, sus organizadores y los gremios productivos quedaron más contentos que una pata de palo con varices.
El nuevo Festival al Parque, gran celebración de la cultura y la tradicional música vallenata, nació a la vida jurídica por acuerdo 933 de 2024 que como anteriormente se dijo fue aprobado por el Concejo de Bogotá, con lo cual y en buena hora se reconoce la importancia de estructurar un proceso de visibilización y preservación del legado de las y los músicos y compositores que con sus obras han dado cima y altura a la música más representativa de este país.
El primer día se presentaron entre otros ‘El Rebelde del Acordeón’ Alfredo Gutiérrez, quien mantiene a pesar de sus ocho pisos la nota finita, la voz inconfundible y la vitalidad de un muchacho, como siempre hizo una presentación majestuosa, acorde con las circunstancias; también estuvieron el Rey Vallenato Jaime Luis Campillo acompañado por su compañero de fórmula ‘Rafa’ Pérez. Hicieron una gran presentación así el ‘Dele que dele’ se saliera del formato. Ese Rey a diferencia de los que le han precedido en los últimos años, si ha asumido con responsabilidad y visibilidad su condición de soberano, nada de bajo perfil y ahora lo promocionan como corresponde sin que ello haya causado que yo sepa los celos de ‘Rafa’, esos muchachos andan bien y esperamos que no se vayan a enfermar de la cabeza.
Así mismo merece destacarse que durante el certamen se le tributó un merecido homenaje a Omar Geles por su vida y su obra, para el efecto los organizadores tuvieron a bien asignar dicha actividad para su realización en el Parque Metropolitano Simón Bolívar con trece agrupaciones, la mayoría de ellas representativas y de indiscutibles palmarés en la industria del espectáculo como Peter Manjarrés y Jean Carlos Centeno entre otros de gran catálogo.
Hasta allí todo va perfecto, pero este gran evento, esperado, añorado y acariciado con mucha esperanza por los amantes del vallenato de verdad, no está exento de amenazas, me preocupa profundamente que entre los grandes exponentes del vallenato tradicional y el romántico hayan colado algo que nada tiene – ni debería tener- que ver con lo que se pretende visibilizar, mostrar, exhibir y reivindicar con el festival que es lo que todos hemos aceptado como ‘Música vallenata’ refiriéndonos a los cuatro aires patentados, adoptados y convenidos con los únicos que existen en el vallenato.
Allí pudimos observar la presentación de un joven de apellido Uribe de quien los que saben de música más que yo dicen que es un excelente musico, y es posible que así lo sea, pero en ese certamen lo vi como la mosca en la leche, eso allí no lucía por la sencilla razón de que no todo lo que se toca con acordeón es vallenato, con el agravante que él se presentó con su acordeón, una batería y una guitarra, fueron los notorios ausentes los otros dos instrumentos emblemáticos de toda agrupación o toque de música vallenata, la caja y la guacharaca, fue una presentación liviana, lo sentí como aquella que no podía con las orejas y le guindaron candongas, me pareció lo que sucedió como el título de uno de sus cantos allí presentados ‘Absurdo’.
Coincido con Alfredo Gutiérrez, Rita Fernández y Julio Oñate Martínez, quienes han sido claros al advertir que el solo hecho de que se utilice el acordeón para interpretar una canción no la convierte en vallenata, debe enmarcarse en uno de los cuatro aires, de lo contrario deben bautizar esa vaina.
Exhortamos a los organizadores del Festival Vallenato al Parque para que continúen sin pausa en el esfuerzo que ya comenzó a dar sus frutos, pero también llamamos su atención para que tengan la precaución para que las salchipapas, las griterías, la bachata y los cánticos flojos no terminen tragándose el festival y marchitando esa gran iniciativa y termine el vallenato como trapito de bajar olleticas.