Mi primera gestión al llegar al país fue pedir una audiencia ante el despacho de la ministra de Comunicación para explicarle el proyecto de un canal o cadena de Televisión que uniera a la región. Me respondieron que la ministra me recibiría en la fecha y hora acordada. Como me había establecido en la ciudad de Barranquilla, viajé a Bogotá para dicha audiencia. A la misma, al llegar me dijeron que me recibiría la persona encargada de la división de audiovisuales, lo que me causó una gran decepción. Le expliqué el proyecto y me dijo que era una utopía, pues era un proyecto muy costoso e imposible de realizar.
Había llegado a Colombia con ese sueño, un proyecto que sentía en lo más profundo de mi ser y que estaba dispuesto a hacer realidad. Pero mi llegada no fue fácil, pues desde el primer momento sentí la resistencia de aquellos que pensaban que mi proyecto era imposible. Otros se burlaban.
Pero yo no me iba a dejar vencer tan fácilmente. Sabía que tenía la capacidad y el conocimiento necesario para llevar a cabo mi proyecto y estaba dispuesto a hacerlo, con o sin permiso.
Y así comenzó mi aventura en Colombia. Viajé de un lugar a otro, compré los equipos necesarios en EE.UU., basado en mis conocimientos de radioaficionado; conocí personas que estuvieron a mi lado en todo momento, y poco a poco fui construyendo lo que sería después uno de los primeros canales regionales de televisión en toda Colombia y la creación de otros canales regionales en el país.
Fue un camino lleno de obstáculos y dificultades, pero también de aprendizaje y crecimiento. Me enfrenté a la oposición de muchos, pero también encontré a aquellos que creyeron en mi proyecto y me apoyaron en todo momento.
Al final, logré hacer realidad mi sueño y mi proyecto se convirtió en una de las mayores empresas de comunicación en toda la región. Y así, con valentía y determinación, logré demostrar que nada es imposible si se tiene la pasión y el coraje para hacerlo realidad.
La primera señal
En mi primera aventura en televisión, todo comenzó en Valledupar. La ciudad que me vio nacer, crecer y convertirme en un emprendedor soñador. Mi edificio familiar era el más alto de la ciudad, lo que me permitió tener una excelente ubicación para hacer las primeras transmisiones de los programas que había grabado en Estados Unidos, con un toque especial en inglés.
al principio tenía cierto temor porque las emisiones en idiomas extranjeros son poco comunes en Colombia. Sin embargo, contaba con el apoyo de las autoridades departamentales y municipales, lo cual me dieron la confianza y el ánimo necesario para comenzar este gran desafío.
Mis horarios de transmisión eran de 5 de la tarde a 11 de la noche. Estaba emocionado y nervioso al mismo tiempo, pero decidí enfrentar este reto con todo el entusiasmo que tenía dentro de mí. La idea era mostrar al público de Valledupar que era posible tener programas de televisión propios y brindarles a ellos una experiencia diferente y única.
Pero no solo me preocupaba la señal que iba a transmitir, sino también la recepción que iba a tener. Por eso, una de las primeras cosas que hice fue tomar un receptor portátil y salir a los distintos barrios de la ciudad y pueblos vecinos para hacer seguimiento de mi señal.
Para mi sorpresa, la señal era fuerte y nítida en todos los lugares que visité. Los habitantes de Valledupar se sorprendían al recibir una señal en inglés con tan buena calidad de imagen y sonido. Pensaban que era un canal extranjero, pues en ciertas épocas del año entraban las ondas de Puerto Rico y otros países cercanos. Había logrado lo que quería, que era hacer una transmisión diferente y que llamara la atención de la gente.
Sin embargo, no podía dejar de pensar en los dos cerros más altos de la zona: el Alguacil y el Avión. Ambos tenían alturas cercanas a los 4000 metros y eran dos de los puntos más importantes de la región. Me imaginaba cómo sería poder transmitir desde allí, y la idea me emocionaba aún más.
Mi primera aventura en televisión había comenzado con mucha fuerza, y estaba seguro de que vendrían muchas emociones más. Quería seguir innovando y sorprendiendo al público, y es justo lo que hice. Mi espectáculo transmitió no solo entretenimiento, sino también cultura y educación, y eso marcaría para siempre mi camino. Lo que sigue es un maravilloso recorrido por las mejores historias jamás contadas.
Posteriormente el canal de televisión que tomó por sorpresa a toda la población. Este canal, conocido como el Canal 5, o Televallenato, se convirtió rápidamente en el centro de atención de la ciudad y de todas las regiones aledañas.
Todo comenzó con la primera transmisión de conjuntos vallenatos, uno de los géneros más representativos de la región. Omar Geles y Miguel Morales, muy jóvenes se convirtieron en la imagen del canal. La gente se sorprendió al ver que en la televisión se estaban transmitiendo estas melodías de la cultura local, pero luego se dieron cuenta de que era el Canal 5, que estaba transmitiendo desde su propia ciudad.
Pero no solo se trataba de música, el Canal 5 también transmitía entrevistas de personajes locales y líderes de la ciudad. Además, cubrían las celebraciones religiosas y eventos importantes, lo cual impactaba mucho en la población.
Fue entonces cuando todos quisieron participar en el canal. Artistas, políticos, gobernantes y más, hacían presencia diariamente desde las 7 de la mañana, cuando iniciaban las emisiones más ampliadas.
El Canal 5 se había convertido en el punto de convergencia de la ciudad, donde todos podían conectarse, aprender y compartir su cultura. Y así, todos los días, la gente estaba ansiosa por ver lo que tendría preparado el Canal 5, esa pequeña pero poderosa señal que se había vuelto tan importante en sus vidas.