Con 2.142.660 casos confirmados y 55.403 muertos que coloca a Colombia en uno de lugares más alto de contagios en Latinoamérica, el Gobierno nacional se apresta a iniciar la inmunización temporal contra la pandemia del nuevo coronavirus para lo cual expide el decreto 109 con fecha 29 enero de 2021 “Por el cual se adopta el Plan Nacional de Vacunación contra el Covid-19 y se dictan otras disposiciones”.
En el anterior acto administrativo se lava las manos y demanda a las entidades territoriales y a las Instituciones prestadoras de servicios de salud (Hospitales) la responsabilidad de cumplir con la meta de vacunación de la población de su jurisdicción con un problema central: ¿Los departamentos están organizados, entrenados y con los recursos suficientes para alcanzar la inmunidad de rebaño de sus poblaciones?
La pregunta aplica para los 32 departamentos de la Nación, especialmente, la advertimos para los de la región Caribe y particularmente, para la Gobernación de La Guajira por cuanto tiene una significativa población dispersa de la etnia wayuú y de los migrantes no regularizados del vecino país de Venezuela.
El referido decreto 109 en el artículo 20 le asigna unilateralmente, sin concertación previa y sin evaluar las capacidades institucionales, 37 responsabilidades al Departamento para la implementación, operación y seguimiento del Plan Nacional de Vacunación. Invitamos a los lectores y a las veedurías de salud a que hagan una evaluación para establecer cuántas de esas competencias está en condiciones de cumplir la Gobernación de la península en el tiempo previsto en esa hoja de ruta de emergencia sanitaria.
Se llama la atención a seis de las 37 tareas que debe ejecutar el gobernador y la secretaria de Salud departamental para cumplir la meta de aplicar 544.992 vacunas contra el SARS Covid 2 en este año: “Participar y definir las estrategias y tácticas de vacunación y el proceso de micro planificación para el logro de la meta establecida a los municipios, localidades o áreas de su jurisdicción. Brindar asistencia técnica a los municipios en la implementación de la vacunación contra el Covid-19, así como la operación del sistema de vigilancia en salud pública para casos de eventos supuestamente atribuidos a la vacunación o inmunización (ESAVI). Elaborar el plan de acción de la vacunación contra el Covid-19 con los actores del sistema, según meta, objetivos, estrategias, tácticas de vacunación, actividades por componente y presupuesto”.
La cuarta y quinta competencia exigida son: “Verificar que el registro de toda la información se esté realizando conforme a lo establecido en el presente decreto y armonizar las herramientas de planeación territorial y sectorial a las condiciones epidemiológicas derivadas de la pandemia y las necesidades financieras que ello suscita”.
Y la última responsabilidad delegada es la estructuración y puesta en funcionamiento del sistema de información confiable para monitorear y hacer seguimiento al proceso de implementarla vacunación agotando las fases y etapas planeadas en condiciones de equidad, oportunidad y transparencia si se tiene en cuenta que, como en todo el país, es la mayor debilidad del sector salud en la entidad territorial guajira.
En esta coyuntura se espera que para lograr el objetivo de inmunidad colectiva se hayan realizado las reformulaciones del plan de salud y de desarrollo departamental 2020-2030 así como la inclusión de los rubros correspondiente en el presupuesto aprobado para el 2021, a fin de contener esta emergencia sanitaria con afectaciones en todos los campos de la vida local, regional, nacional y mundial.
Se espera que reasumidas las competencias por el Departamento en el sector de la salud después de la oprobiosa intervención del Ministerio de Salud y Protección Social por más de tres años, le sirva de lección a la administración departamental actual para asumir el reto de vacunar el setenta por ciento de toda la población guajira. En este escenario posible y viable, bajar el número de contagios y de muertes, disminuir la presión a los prestadores de los servicios de salud colapsados, superar la endémica inestabilidad política-institucional, avanzar en la reactivación económica y recuperar las tradiciones solidarias y de relacionamiento interpersonal tan características de la provincia guajira que ha impuesto el incómodo y agobiante distanciamiento social.