Remontarse a tiempos pasados con pensamientos crudos y limpios para descifrar la realidad política que se ha vivido desde muchísimos años en El Molino, es una odisea bastante compleja, recuerdo desde mi niñez cuando mi pueblo era corregimiento de Villanueva, donde la pugna entre villanueveros y molineros era constante y satírica, siempre nos trataban de piojosos, y que El Molino nunca tendría como surgir, ni moler, nosotros les contestábamos que eso era cierto porque todo el tiempo nos robaban el mango y El Molino nunca molía en las temporadas politiqueras para elegir alcaldes.
Los grandes caciques villanueveros como Luis Carlos Lacouture, Canopan Cabello, Familias Ovalle, Socarrás y demás líderes que no recuerdo, se trasladaban al pueblito para hablar con nuestros jefes o caciques políticos y arreglar por quien se iba a votar, ellos juegan con el producido de este negocio, el resto de los pobladores iban como borregos a consignar su voto muy felices por amor al partido que pertenecían, ya sea Liberal o Conservador. El roce político entre los seguidores de estos dos partidos era bastante fuerte, recuerdo a una señora muy conservadora, por cierto en el día de las elecciones se vestía totalmente de azul y se ponía unos zapatos rojos para pisarnos a los liberales, pero nosotros acogíamos esto folclóricamente, a pesar de tanto sectarismo la política se vivía y se trabajaba en mejores circunstancias, todo se hacía por amor al partido en el cual uno militaba y basados en proyectos con la esperanza de traer un bien a la comunidad.
Hace aproximadamente 25 años Benjamín Arias, ‘Cheito’ Acosta, Cheviva Acosta, Alberto Jiménez, Manuel Duarte, Jorge Valdez y buena parte de mi pueblo que deseábamos un mejor futuro para mi terruño, tomamos la decisión de independizarnos políticamente y fundar un grupo llamado FIP (Frente Independiente Popular), luchamos hombro a hombro en las contienda electorales con grandes caciques de Villanueva y El Molino, nuestro aguerrido grupo formado por personas laboriosas y honradas, con un solo interés de sacar adelante nuestra población pero a pesar de tanta lucha todo fue en vano, por falta de recursos y nuestra manera de pensar y obrar era sana, libre de triquiñuelas, el pueblo poco a poco nos dio la espalda, al salir de la nada.
En 2001 fue elegido como alcalde de El Molino mi gran compadre Yesid Mantilla Zabaleta, persona de gran espíritu de colaboración, muy generoso y humanitario, en su afán por ayudar a los más necesitados era capaz de cobrar su sueldo en horas tempranas de la mañana y llegar a su casa las 11 de la mañana sin un peso para el almuerzo, él era muy feliz sirviéndole a los demás, de tanta ayuda que le hacía a mis paisanos nació la mala costumbre y se enraizó para siempre, aunque la buena intención de nuestro exalcalde no era esa, el mal curso de votar a cambio de dinero siguió, sigue vivo y lo estará para siempre, cada periodo de elecciones los costos estaban entre 1 o 2 millones por cada voto, según la necesidad de cada aspirante, no me explico por qué El Molino siendo un municipio de baja categoría con un presupuesto irrisorio, se compren los votos más caros del país.