Insistimos en lo mismo, las políticas sociales de aseo en los centros urbanos deben ir empalmadas necesariamente con el crecimiento demográfico, cuando de forma exponencial la cantidad de habitantes va en aumento, las políticas de gobierno deben ir evolucionando a la par.
El caso de las basuras en los municipios de Uribia, Maicao, Manaure y Riohacha, del Norte de La Guajira, es un claro ejemplo de que no hay una conexión entre el mejoramiento de las políticas públicas de aseo y el crecimiento urbano, entender esto no debe ser complicado, pues a mayor cantidad de habitantes, mayor basura. ¿Qué se está haciendo para mejorar en ello?
La entrada de la ciudad de Riohacha en la vía que conduce hacia Valledupar, se ha convertido en un basurero satélite improvisado. A un costado de la vía se puede apreciar cómo los habitantes de esa zona y de otras depositan las basuras; en la entrada de Manaure, en la vía que conduce hacia Mayapo, ocurre la misma situación. En Maicao y Uribia ni que decir.
¿Corpoguajira está desarrollando mesas técnicas de trabajo con estos municipios para mejorar la situación? Este problema social cada vez empeora más, el deterioro ambiental que se está llevando a cabo es sin precedentes.
En pleno siglo XXI en donde la visión mundial lleva una consigna clara sobre la preservación del medio ambiente por el efecto negativo del calentamiento global, parecen persistir voluntades contrarias aquí en La Guajira con respecto a este tema en el que la comunidad internacional ha hecho tanto hincapié.
Y lo peor, las basuras además de provocar deterioro ambiental producen taponamiento de los drenajes y como consecuencia llegan las inundaciones de invierno, el agua en el sistema de alcantarillado, arroyos y pertenecientes a la malla vial no fluyen con la eficiencia adecuada provocando el almacenamiento del agua.
Pero aunque no lo creamos, esto tiene solución, sé que muchas voces dirán lo contrario avocando quizás a que la ciudadanía es inconsciente y no se ha tomado en serio esta grave situación, también dirán que frente a eso nada se puede hacer, que es un tema cultural.
Particularmente, creo que el establecimiento severo y estricto de multas pecuniarias a personas que causen deterioro ambiental y la inversión objetiva de recursos públicos que conlleven a ubicar miles de canastas en lugares estratégicos en estos centros urbanos sumado al mejoramiento de la eficacia de las empresas prestadoras del servicio del aseo, podrían disminuir notoriamente esta lamentable realidad.
Queremos ciudades limpias, es deprimente ver cómo esos basureros improvisados crecen cada vez más ante la mirada inocua de las entidades ambientales y territoriales; ni que decir de la vista despreciable que ofrece la acumulación de basuras en un barrio en donde en vez de haber un parque o una escuela, nos topamos con esto.
Es necesario que las políticas sociales vayan empalmadas con las exigencias que genera el aumento demográfico de las urbes, si no ocurre esto, entonces las ciudades se convierten en un caos, nada puede funcionar bien porque existe un desacuerdo entre visiones sociales, la ciudadanía por un lado y el sector político-público por otro.
Los alcaldes deben tomarse este tema en serio porque aunque no lo crean les resta mucha popularidad ante sus gobernados.
Además de ser un una labor estrictamente necesaria por el mandato de la comunidad internacional y los diferentes foros que han existido en busca de frenar los embates del cambio climático.
Quien asume ser elegido como alcalde debe necesariamente respetar la responsabilidad social que el pueblo le encomienda, buscar métodos integrales que generen soluciones a este problema que es muy serio, no se debe echar la responsabilidad total a la comunidad aduciendo que el tema es consecuencia única de una cultura proveniente del pensar colectivo.
No, la solución si la podemos encontrar, debemos convocar inicialmente una instauración de mesas técnicas de trabajo compuestas por grupos interdisciplinarios de profesionales que entiendan del tema y junto a los líderes de barrios, sentarse en verdad a subsanar este problema que tanto daño le ha hecho a la humanidad y a su posible extinción a causa de los efectos que expone el calentamiento global.