En medio del escándalo que rodea al representante David Racero, investigado por la Procuraduría y la Corte Suprema de Justicia por presunta solicitud de dinero a su equipo legislativo, Estefanía Montoya, exasesora de su Unidad de Trabajo Legislativo (UTL), rompió su silencio.
Montoya, señalada en chats que evidenciarían las presuntas irregularidades, desmintió las acusaciones, asegurando que los pagos eran simples préstamos entre amigos y no fruto de exigencias laborales.
Los hechos se remontan a diciembre de 2019, cuando Montoya, en un chat divulgado por el periodista Daniel Coronell, menciona que de su salario de $8.158.000, transfería $3.500.000 a una tercera persona y conservaba el resto. La respuesta de Racero, “OK. Tenlo ahí”, generó suspicacias, además de registros de consignaciones a la tarjeta de crédito del congresista. Sin embargo, Montoya aseguró que el intercambio de dinero respondía a cuestiones personales y no a presiones indebidas.
“Nunca hubo una conducta indebida, ni constreñimiento de ninguna índole”, afirmó en un comunicado, donde también calificó las filtraciones como «un pantallazo descontextualizado» que busca perjudicar al proyecto político del Pacto Histórico. Asimismo, señaló que entre ella y Racero existía una relación de amistad de más de 15 años, y que las transferencias eran préstamos mutuos de carácter temporal.
Montoya destacó que su relación con Racero se remonta a la época en que ambos cursaban estudios en la Universidad Nacional y trabajaban juntos en la Secretaría Distrital de Integración Social durante la alcaldía de Gustavo Petro en Bogotá. “Lo considero una gran persona, un líder político comprometido y, sobre todo, un buen amigo. Desde antes, entonces y ahora, compartimos con él una visión común de país y hemos dedicado nuestras vidas a lograr que ese proyecto se convierta en una realidad para todos”, expresó, reiterando su confianza en la ética del representante.
El escándalo no se detiene solo en Montoya; Coronell también denunció que Racero habría empleado a Leonardo García, su conductor, en actividades de un negocio particular en plena pandemia. “El representante Racero dice que el asistente legislativo solo fue al Fruver para llevarlo a él y que tal vez algún día ayudó levantando alguna caja. A juzgar por lo que vi, quizás se refiera a una caja registradora”, escribió Coronell.
Además, el periodista reveló mensajes en los que Racero supuestamente pedía contratos en el Sena para el departamento del Cesar, lo que agrava las acusaciones.
La Corte Suprema y la Procuraduría han abierto investigaciones para esclarecer los hechos. Mientras tanto, Montoya espera que la verdad salga a la luz «sin sesgos políticos».