La Agencia Nacional de Tierras (ANT) avanza en la implementación de la reforma agraria en Colombia, marcando una «transformación histórica» en la relación entre el Estado y las comunidades rurales. En lo que va del 2024, se han adquirido 186.116 hectáreas de tierras, lo que eleva a 448.544 hectáreas la superficie destinada a campesinos, indígenas y comunidades negras durante los dos años y medio del actual gobierno, una acción que busca reparar las desigualdades históricas en el campo.
En cuanto a la formalización de tierras, la ANT ha logrado avanzar en la entrega de 1.277.049 hectáreas, con 752 nuevas titulaciones dirigidas a diferentes sectores como educación, salud, infraestructura vial, protección ambiental y seguridad nacional.
En paralelo, 144 mil hectáreas fueron incorporadas al Fondo de Tierras mediante procesos agrarios, sumando un total de 2.596 procesos decididos, con 570.897 hectáreas adjudicadas. Comparativamente, en administraciones anteriores, durante el gobierno de Juan Manuel Santos se realizaron 242 procesos por 39.084 hectáreas, mientras que con Iván Duque se ejecutaron 1.681 procesos, abarcando 156.659 hectáreas.
El progreso también se refleja en el avance de la constitución de 13 nuevas Zonas de Reserva Campesina, que alcanzan un total de 643.381 hectáreas, esenciales para garantizar la sostenibilidad ambiental y fortalecer la economía rural del país.
En cuanto a la inversión, la ANT recibió una asignación presupuestal de 4.1 billones de pesos para 2024, lo que representa un aumento del 1.256% respecto al año anterior. Este incremento se ha traducido en una mayor presencia territorial, pasando de 8 a 92 oficinas a nivel nacional.
El equipo técnico también ha experimentado un significativo crecimiento, pasando de 9 a 60 agrónomos, y el personal destinado al equipo catastral ha aumentado en un 1.900%, de 1 a 20 profesionales, lo que ha permitido la realización de 218.531 hectáreas de levantamientos topográficos en 1.200 predios.
Felipe Harman, director de la ANT, destacó los avances y señaló que el proceso de reforma agraria enfrenta múltiples desafíos administrativos, técnicos y políticos, pero mencionó que no hay mejor manera de retribuir la dignidad a las comunidades rurales que a través de esta transformación.
De cara al 2025, la ANT tiene proyectados nuevos desafíos, incluyendo la ampliación de los barridos prediales y el fortalecimiento de los procesos agrarios, con el objetivo de consolidar una distribución justa y sostenible de la tierra en el país.