El Ministerio de Defensa de Rusia informó este lunes que las Fuerzas Armadas de Ucrania han sufrido más de 68.130 bajas en los combates en la provincia rusa de Kursk. Tan solo en la última jornada, las pérdidas ucranianas ascendieron a más de 280 soldados, además de la destrucción de diversos equipos militares.
Según el informe, las fuerzas rusas destruyeron dos tanques, dos vehículos de combate de infantería y dos vehículos blindados de transporte. También fueron alcanzados tres puestos de control de drones y dos depósitos de municiones, entre otros objetivos estratégicos.
Desde el inicio del conflicto en la provincia, Ucrania ha perdido 396 tanques, 319 vehículos de combate de infantería, 2.200 vehículos blindados de combate, 560 sistemas de artillería y 52 lanzadores de cohetes múltiples, de acuerdo con el reporte oficial del Kremlin.
El presidente Vladímir Putin aseguró la semana pasada que la situación en la provincia está completamente bajo el control del Ejército ruso, y que las tropas ucranianas restantes se encuentran aisladas y bajo fuego constante.
«Si se produce un bloqueo físico en los próximos días, será imposible salir en absoluto. Solo habrá dos caminos: rendirse o morir», advirtió el mandatario ruso.
El Ministerio de Defensa de Rusia también confirmó la recuperación de Sudzha, la mayor ciudad que las Fuerzas Armadas de Ucrania lograron ocupar en agosto de 2024 durante su ofensiva.
Sudzha tenía una gran importancia estratégica para Kiev, ya que funcionaba como un centro logístico clave para el abastecimiento de tropas y suministros en la región. Su pérdida representa un duro golpe para las operaciones militares ucranianas en la zona.
Rusia continúa con su ofensiva en Kursk, consolidando su presencia y neutralizando cualquier intento de contraataque por parte de las fuerzas ucranianas.