Un diplomático estadounidense de origen colombiano fue arrestado el viernes por supuestamente espiar para Cuba durante 40 años.
Se trata de Víctor Manuel Rocha, de 73 años, quien ocupó puestos relevantes en las embajadas de EE.UU. en República Dominicana, Argentina y Cuba, y fue embajador en Bolivia entre 1999 y 2002.
De acuerdo con la acusación presentada por la Fiscalía este lunes en una corte de Miami, ciudad en la que reside Rocha y en la que fue detenido, el diplomático habría comenzado su actividad de espionaje en 1981.
“Rocha apoyó secretamente a la República de Cuba y su misión de acopio ilegal de información de inteligencia contra EE.UU. al servir como un agente de sus servicios secretos”, sostiene el documento.
“Esta acción expone una de las infiltraciones de mayor alcance y más duraderas en el gobierno de Estados Unidos por parte de un agente extranjero”, señaló en una declaración escrita el fiscal general de EE.UU., Merrick B. Garland.
En el comunicado de prensa, el funcionario indicó que Rocha presuntamente buscó y obtuvo puestos en el gobierno estadounidense que le proporcionaban acceso a información no pública con la capacidad de “afectar la política exterior” del país.
Este comportamiento se extendió hasta 2012, cuando para entonces trabajaba como asesor del Comando Sur del Ejército de EE.UU., división que tiene a su cargo vigilar los asuntos de seguridad relacionados con Cuba.
La acusación
Rocha enfrenta tres cargos: uno por conspiración, otro por actuar como agente de un gobierno extranjero y un tercero por usar un pasaporte obtenido mediante una declaración falsa.
El documento de la Fiscalía sostiene que el acusado admitió sus “décadas” de trabajo para Cuba a un agente encubierto del FBI que se hizo pasar por representante de la Dirección General de Inteligencia cubana (DGI).
Antes de reunirse en persona, Rocha recibió un mensaje por la aplicación de mensajería WhatsApp que decía: “Tengo un mensaje para ti de parte de tus amigos en La Habana. Se trata de un asunto delicado”.
Las autoridades señalan que el exfuncionario contestó “no entiendo, pero puedes llamarme”.
En las conversaciones en persona, que ocurrieron en Miami y fueron grabadas, Rocha supuestamente contestó “sí” cuando el agente le indicó que había sido contactado para “establecer un nuevo plan de comunicación”.
El exfuncionario también le habría contado al agente cómo logró infiltrarse “poco a poco” en el gobierno estadounidense.
«Sabía exactamente cómo hacerlo y obviamente la Dirección (la agencia de inteligencia de Cuba) me acompañó… Es un proceso largo y no fue fácil», supuestamente le dijo al agente del FBI.
Y también se refirió a EE.UU. como “el enemigo”, utilizó términos como “nosotros” para referirse a sí mismo y al gobierno cubano, y llamó a Fidel Castro el “comandante”.
Una larga carrera diplomática
Nacido en Colombia, Rocha creció en una familia de clase trabajadora que emigró a Nueva York.
Obtuvo grados universitarios en las prestigiosas universidades de Yale, Harvard y Georgetown.
En 1978 se naturalizó estadounidense y comenzó su carrera diplomática en 1981.
Rocha, quien fue encontrado en posesión de varios pasaportes estadounidenses, y también tenía pasaporte dominicano, trabajó para el servicio diplomático en lugares como Honduras, República Dominicana y México.
En 1994 fue designado subdirector de Asuntos Interamericanos en el Consejo de Seguridad Nacional de EE.UU., con responsabilidad especial sobre los temas relacionados a Cuba. También fue subdirector de la Sección principal de Intereses de EE.UU. en la isla caribeña.
Posteriormente, en 1999, fue nombrado embajador en Bolivia.
Allí protagonizó una controversia semanas antes de las elecciones presidenciales de 2002.
Rocha lanzó una advertencia al pueblo boliviano, asegurando que EE.UU. cortaría millones de dólares en ayuda si elegían como presidente al líder de izquierda y extrabajador cocalero Evo Morales.
Sus expresiones fueron ampliamente difundidas y se interpretaron como una intervención de EE.UU. en la región.
Morales, quien buscaba su primer mandato como presidente, perdió la contienda electoral, pero fue elegido en los comicios de 2005, convirtiéndose en el primer mandatario de origen indígena en Bolivia.
Más recientemente el exdiplomático ocupó varios cargos en el sector privado. Fue presidente de una mina de oro en República Dominicana y trabajó para una exportadora de cobre, una firma de abogados y una empresa de relaciones públicas.
Con información de BBC