En un giro inesperado, los arroceros de La Guajira han decidido sumarse a las protestas nacionales, pese a las dificultades logísticas y los altos costos de movilización. José Ramón Molina Peláez, presidente del gremio arrocero en el departamento, explicó las razones detrás de esta decisión en entrevista.
Molina Peláez indicó que el detonante de la movilización fue el fracaso en las negociaciones con el Gobierno Nacional, “el sábado se levantó la mesa de diálogo sin avances significativos y, aunque se había programado una reunión con el presidente, parece que no se llevará a cabo”, afirmó.
El dirigente gremial calificó las medidas tomadas hasta ahora como paliativas e insuficientes, asegurando que la crisis en el sector arrocero no es nueva, sino cíclica, “cada año enfrentamos la misma situación y, en esta ocasión, la industria se quedó sin los 30.000 o 40.000 millones de pesos que tradicionalmente se destinaban para absorber la cosecha”, detalló.
Además, criticó la falta de apoyo del Gobierno en la regulación del mercado, denunciando que la importación de arroz desde Estados Unidos y Ecuador, bajo tratados de libre comercio, ha generado una competencia desleal para los productores nacionales, “el arroz ecuatoriano está inundando el mercado hasta llegar a La Guajira, afectando gravemente nuestros precios. Pasamos de vender la tonelada a $1.900.000 a solo $1.300.000 o $1.400.000, lo que ha puesto en jaque la sostenibilidad del sector”, explicó.
El panorama se agrava con los efectos del cambio climático y las enfermedades agrícolas. Molina Peláez señaló que, entre octubre y enero, una bacteriosis afectó significativamente los cultivos, causando pérdidas considerables.
Frente a esta situación, los arroceros de La Guajira se han declarado en asamblea permanente desde el domingo y han anunciado una movilización de su maquinaria agrícola en las vías del departamento, “vamos a salir con nuestras maquinarias a las carreteras del sur del departamento”, aseguró Molina Peláez, haciendo un llamado al Gobierno para encontrar soluciones justas y equitativas para el sector.
El gremio espera que, a través del diálogo y la presión de las movilizaciones, se logren acuerdos que permitan aliviar la crisis de los arroceros, garantizando precios justos y una regulación efectiva de las importaciones.