Según las estadísticas recientes del Instituto de Estudios para el Desarrollo y la Paz (Indepaz), entre los meses de enero y julio suman 97 homicidios a líderes sociales en Colombia.
A estas estadísticas se le suma el reciente asesinato del reconocido líder wayuú de Venezuela y Colombia, Benito Segundo Castillo Gutiérrez, de 65 años de edad.
Castillo Gutiérrez fue atacado a bala por un sujeto armado que le disparó en varias oportunidades cuando se encontraba en su residencia en el barrio Erika Beatriz, en Maicao.
Este crimen toca las fibras sociales de varias organizaciones, familiares, amigos y conocidos de esta víctima, quien desde el inicio de este siglo XXI ha venido aportando grandes avances en los intercambios comerciales y acercamientos binacional por la frontera norte de Paraguachón, desde Maracaibo, estado Zulia, hasta Riohacha, Maicao y Uribia.
El departamento de La Guajira siente gran pesar por la pérdida de un hombre que dejó un legado importante, principalmente de intercambio económico entre ambas naciones, para quitar el estigma de un pueblo que era señalado ancestralmente de contrabandista.
Quién era Benito Castillo
Desde Paraguapoa, municipio Guajira en Venezuela, quienes llegaron a conocer a Benito, entre líderes, defensores de derechos humanos y comunidad en general, envían las más sinceras condolencias a la familia Castillo Gutiérrez, por tan lamentable pérdida. Mientras que al mismo tiempo, exigen a las autoridades colombianas esclarecer este hecho y dar con la captura de los responsables.
A Benito Segundo Castillo muchos lo recuerdan como un reconocido líder indígena de la zona norte extrema, quien fue uno de los voceros principales al frente de la legalización del proceso de exportación de combustible desde Venezuela a toda la Costa colombiana por parte de cooperativas wayuú, autorizadas en el 2003 por el presidente de la época el fallecido Hugo Chávez Frías, abriendo paso a un ciclo diferente de una economía mixta entre ambos países, según lo reseñó el portal noticioso Ecos de La Guajira.
Esta importante acción lograda a inicio de los años 2000, le permitió en su momento ser el presidente de la reconocida cooperativa Ayatawacoop, encargada de la exportación del combustible desde Venezuela a la costa.
Allí estuvo por varios años y hasta el momento de su asesinato era el presidente de una cooperativa de transporte de la Alta Guajira. Pero a pesar de esta responsabilidad, aún continuaba con su vocación de líder indígena.
La ONG Nación Wayuu, en un comunicado de prensa, rechazó y condenó estos hechos tan lamentables que hoy enlutan a toda una familia y por ende a todo el pueblo wayuú.
“Cuando se asesina a un indígena wayuú se atenta contra toda una cultura que lucha y resiste ante el ostracismo y el olvido de este Estado social de derecho”, manifestaron.
La Asociación Salto Ángel, con sede en Riohacha, dedicada a la defensa de los derechos de la población migrante y quien dentro de su equipo de trabajo tienen a Astrid Castillo, comunicadora social y sobrina del fallecido Benito Segundo Castillo Gutiérrez, se unen al duelo y envían las más sinceras condolencias elevando oraciones por su eterno descanso.