Celebramos hoy en el país la ‘Noche de Velitas’, un espacio para disfrutar en familia dando inicio así a una de las épocas más esperadas del año como es la Navidad.
La fiesta gira alrededor de los menores quienes disfrutan de las actividades que se programan en casa, como prender las velitas la noche del siete de diciembre o la madrugada del ocho, para luego esperar el nacimiento del Niño Jesús y la bendición del nuevo año.
La Navidad es sinónimo de alegría, de música, de colores, de reconciliación, siempre alrededor de la familia donde los menores ocupan un lugar primordial.
Por ello, desde este medio de información llamamos la atención a los padres de familia para que protejan a sus hijos, para que nos los dejen solos a los sitios que lleguen y menos para el uso de pólvora.
No es lógico que la celebración de la Navidad llame al uso de la pólvora, especialmente por las consecuencias que genera, de allí que los primeros protectores de los menores deben estar atentos para evitar su uso en cualquier evento en el que participen.
La directora del Instituto de Bienestar Familiar, Astrid Cáceres, se unió al llamado y reiteró que los niños no pueden manipular ni acercarse a los escenarios de la pólvora.
Las autoridades entonces deben prohibir la venta de pólvora para evitar quemados en estos días de Navidad, porque no vale la pena exponer la vida por un solo instante de celebración.
Debemos recordar a las personas que lamentablemente han fallecido por quemaduras las cuales se presentan en tres niveles, la de primer grado que afecta sola la capa externa de la piel. Causan dolor, enrojecimiento e hinchazón.
Las quemaduras de segundo grado afectan tanto la capa externa y la capa subyacente de la piel, y las de tercer grado que afectan las capas profundas de la piel.
Celebremos juntos esta fiesta, cuyo origen espiritual está relacionado con un pasaje bíblico donde el Arcángel Gabriel se presenta ante María para anunciarle que sería la madre de Jesús.